En una asamblea escueta pero con efecto considerable, los trabajadores de la Fábrica Argentina de Productos Electrónicos (FAPESA) fueron informados respecto de la baja en la venta de televisores Philips. Según relataron varios testigos de la misma habría un sobre stock de 35.000 televisores sin vender en Buenos Aires.
Los efectos de dicha baja golpearon en los trabajadores con peores condiciones laborales. Alrededor de 150 contratados verán finalizados su período laboral hasta nuevo aviso. De los restantes, entre 10 y 15 trabajadores, solo tiene continuidad laboral hasta el 16 de junio.
Si bien el escenario es variable, la endeble situación por la que atraviesa la industria fueguina comienza a cortar el hilo por lo más fino. Los trabajadores contratados continúan en una situación de precaridad laboral alarmante, quedándose incluso fuera de los acuerdos celebrados entre la Asociación de Fabricantes Argentinos Terminales Electrónicos (AFARTE) y la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) donde la estabilidad laboral alcanza únicamente hasta los trabajadores modalidad Prestación de Período Discontinuo (PPD).
Si bien la situación de FAPESA no es única, vale la pena poner en contexto algunas expresiones vertidas por el titular de AFARTE, Federico Hellemayer días atrás en una situación similar, pero con trabajadores del grupo MIRGOR y la finalización de contratos en la compañía.
Hellemeyer refería entonces el método de contratación de períodos discontinuos que “muchas veces lamentablemente suelen ser transitoriamente variables de ajuste de mayor o menor producción”. Es decir que los mismos responden a una cuestión de oferta – demanda que controla el mercado, y la cantidad de trabajadores demás que se puedan necesitar ante la exigencia de producción.
“En este momento estamos atravesando, producto de los cambios económicos que vive el país, y cosas que quizás vienen de más larga data, ciertas caídas de contratos en algunas empresas” aseguraba Hellemeyer.
En contacto con FM La Isla, Hellemeyer recordó que el compromiso tomado en noviembre del año pasado hablaba de mantener las dotaciones de personal efectivo o Prestación de Período Discontinuo. “La garantía no comprende los contratos por plazo fijo” especificó y agregó que “para el PPD uno mantiene la dotación el mínimo legal anual” que en este caso son de cuatro meses, aunque agregó que “obviamente si uno tiene más trabajo para los PPD le da más trabajo”.
“Hay casos de empresas en el Parque Industrial que, por ejemplo, entraron con planes de producción muy cargados a principio de año, entonces activaron a todos sus PPD en enero, y ya a esta altura del año tienen satisfecho los cuatro meses” explicó el titular de AFARTE quien recordaba que “legalmente ya está cumplido el compromiso para los PPD año curso, y eso significa el mantenimiento de la dotación”.
Firmado, aceptado
El contexto de la situación, a horas que el acuerdo firmado en noviembre del año pasado entre la cámara y el gremio entre en vigencia, también genera suspicacias. “Siempre fuimos intransigentes respecto de, más allá de las pretensiones de los muchachos, que lo firmado está firmado”.
Para Hellemeyer el contexto económico resulta determinante: “hoy más que nunca precisamente, por las malas señales que tenemos desde el punto de vista de la demanda por venir por así decirlo, tenemos que ceñirnos a lo firmado y no podemos salirnos de ese plan”.
“Cada vez que nos encontramos con ellos (los representantes de los trabajadores) recibimos distintos planteos, alternativas para, de alguna manera, buscar paliativos a esto. Pero en todo momento fuimos tajantes: el acuerdo debe ser respetado” sentenció.
Delicado equilibrio
“Acá hay dos elementos que presionan, uno sobre un lado y el otro sobre otro. Lo que tenga que ver con la devaluación y afecte precios presiona al trabajador porque es limitado su poder adquisitivo y ve disminuida su capacidad de compra. El escenario inflacionario se recalienta” planteó Hellemeyer.
El titular de AFARTE planteó que frente a este panorama “toda aquella apuesta por dinamizar el consumo de los productos y lograr por volumen lo que por precio no se lograba también empieza a crujir. Es un escenario malísimo” sintetizó.
Para el representante empresarial “no nos queda otra que seguir en este camino, porque si a esto encima le damos rienda suelta modificando la estructura de costos, no va a caminar la cosa”.
“Veníamos recorriendo un camino muy claro de precios a la baja, y veníamos dando ejemplos” recordó, “nuestros precios estaban a la baja, esa era nuestra gran carta de presentación ante los distintos públicos, y este contexto con un escenario con el dólar recuperando terreno, necesariamente se frena” haciendo más cuesta arriba la búsqueda de del resultado buscado con las mejoras de competitividad.
