Por Esteban Parovel.-La historia grande del futsal argentino quedó trazada, una vez más, y tuvo fueguinos como protagonistas. Cómo no iba estar emparentado el deporte más popular de la Isla con jugadores surgidos de la rica cantera provincial. En cada hito, siempre hubo presencia y protagonismo fueguino. Y esta no fue la excepción. Por primera vez en la historia un equipo nacional logró alzarse con la Copa Libertadores de América de Futsal. Fue este sábado, en suelo uruguayo, gracias al triunfo de San Lorenzo de Almagro, que se coronó al ganarle 4 a 3 a Carlos Barbosa, de Brasil.
Fue el sueño perfecto para el azulgrana, que ya se había medido fuerzas con el multicampeón brasileño en la fase de grupos, y no se había visto mayores diferencias. Es más, San Lorenzo lo había buscado por todos los medios pero no había conseguido torcer el curso del resultado, pese a haber contado con situaciones, y cayó en la segunda fecha por 1-0, ante Barbosa. «Es el partido más importante de mi carrera», había manifestado en aquel momento Tomás Pescio, el pivot fueguino, en la previa, que arribó al torneo continental «con el sueño de llegar al último día y traer la Copa a la Argentina». Fue el sueño perfecto, como se indicó en el inicio del párrafo, que le trajo una felicidad aún mayor.
Tomás Pescio, de enorme olfato goleador, marcó por duplicado y selló su nombre en la lista de los gritos sagrados en la red con los que San Lorenzo tuvo su anhelado festejo. En ese momento, en el de los goles de Pescio, el de Boedo pegó el mazazo. En el boxeo dirían, para arrebatarle el título y ganarle al campeón, hay que tirarlo. Dejarlo en la lona. Y San Lorenzo le metió, en el primer tiempo, un par de manos de knockout para marcharse con el parcial 3-1 a su favor, producto de los gritos del Narigol Pescio, el segundo con taco y caños incluidos saliendo entre tres jugadores (golazo) y el Galle Rodríguez con un tiro de castigo por 6ta falta.
En el complemento, el tricampeón se puso a tono y fue para adelante. Antes de los 10 minutos del segundo tiempo el partido se había nivelado con los goles de Dener y Pedro Rei, qque establecieron el 3-3. El desenlace del partido le dio mayor dramatismo a la victoria y en el suplementario volvió a aparecer el equipo de Boedo, a través de Menzeguez, que convirtió de volea una pelota que habilitó Damián Stazzone desde un córner. «Cualquier jugador sueña con agarrar la pelota de esa manera», declaró el Yaya Gerardo Menzeguez, autor de la conquista que permitió la celebración de todo un país; como indicó el emblema y capitán de San Lorenzo, Damián Stazzone: «Si bien San Lorenzo es el campeón, este es un título de todo el Futsal Argentino».
Claramente, Stazzone es símbolo y sinónimo de futsal argentino, lógicamente, junto a Lucas Bolo, en este plantel de San Lorenzo y en la celeste y blanca. Fue escribiendo páginas doradas a lo largo del camino. Fue campeón del Mundo en Colombia 2016, campeón de América 2015, campeón en la Eliminatoria Brasil 2020. Todo con fueguinos también como actores principales de la historia, en cada equipo, en cada consagración; con los hermanos Kiki y Alamiro Vaporaki como abanderados. Y en esta obtención continental no fue la excepción. Con Tomy Pescio marcando goles importantes -tuvo facturas en fase de grupo ante Sportivo Bocca de Ecuador, en los cuartos contra Alianza Platanera de Colombia y dos en la final con Barbosa- y Juan Medina, que cada vez que le tocó ingresar a la pista siempre dejó entrega y sacrificio, como es habitual, por la satisfacción colectiva. De Los Cuervos del Fin del Mundo a la cúspide de América.
Salud campeón. Historia pura. En los anales quedará fijada la alegría máxima continental de la mano del azulgrana que ganó la pulseada final. Ahora será tiempo de redoblar las apuestas, los objetivos deportivos y seguir soñando; en un año especial para todo el futsal mundial.
