Luego del anuncio de la vuelta del FMI a la economía argentina, hubo reacciones del arco político local y poca manifestación nacional. Mientras que los ministros y funcionarios del gobierno evitaron expresarse públicamente sobre una decisión que sigue acumulando rechazo en la mayoría del electorado de Cambiemos.
Si bien la decisión de pedir un préstamos al FMI fue diseñada y resuelta en la mesa chica de la Casa Rosada, en la que acompañan al presidente Macri el dueño de La Anónima y jefe de gabinete Marcos Peña, el socio de la cadena Farmacity, Mario Quintana y el ex CEO de LAN Argentina, Gustavo Lopetegui, quienes prepararon el camino al empréstito del Fondo fueron el ministro de Finanzas, Luis Caputo y el de Hacienda, Nicolás Dujovne, quien viajó de urgencia a Washington para reunirse con la directora del Fondo.
Los demás funcionarios políticos recibieron la noticia poco antes de que se difunda el mensaje grabado del presidente Macri, que a muchos les trajo a la memoria los avisos grabados del ex presidente De La Rúa con el ya instalado “Que lindo que es dar buenas noticias” poco antes de su caída durante la crisis del 2001.
“Hay otros que nos acordamos de otras cosas con el FMI antes del blindaje del 2001”, dijo ayer el legislador local de la UCR-Cambiemos, Pablo Blanco. Para el legislador el Fondo Monetario Internacional “es un banco como cualquier otro, si tomamos de otros bancos está bien, si tomamos del FMI está mal porque dicen que son préstamos con condiciones”.
Blanco habló con FM Del Sur y admitió que “estamos en una situación difícil, no es equitativa la distribución de los recursos en este país”. Y llamó a “dejar de lado apetencias partidarias y tratar de aunar esfuerzos para buscar soluciones”. También criticó al gobierno nacional, que “debería explicar un poco mejor las cosas”.
Ayer, mientras se discutía ponerles un freno a los tarifazos en la cámara de diputados, el diputado Axel Kicillof pidió traer al centro del debate “la enorme incertidumbre que ha traído la política económica de este gobierno. Acá no hay que profundizar este programa económico, hay que cambiar el rumbo económico”, agregó al repudiar el salvataje que el gobierno pidió al FMI. “Mintieron de nuevo, no vinieron las inversiones y ahí está el gobierno volviendo al Fondo”, lanzó.
Una de las principales voces críticas del FMI durante la crisis del 2001 fue Lilita Carrió, quien el martes a la tarde, luego del anuncio oficial del préstamo, se tiró de lleno a las redes sociales y vía twitter responsabilizó a la oposición del PJ “por poner en jaque a la confianza en la Nación Argentina”. En otro tuit, la diputada de Cambiemos expresó que “ir al FMI con el 4% de interés es ahorrar intereses, es estar cubiertos hasta el 2019”. Esa noche, Lilita reiteró en un programa de TN que “la acción preventiva de pedir un crédito del FMI, al 4% anual me parece maravillosa”.
En la misma línea de Kicillof, otro de los que criticó fuertemente la decisión oficial de volver al Fondo fue el diputado Martín Pérez, quien aclaró que «no se vuelve al FMI por un problema financiero. Es la prueba más contundente del fracaso de este plan económico. Uno podría preguntarse para qué se firma este acuerdo, ¿para proyectos de inversión?. No, es para cumplir con lo que piden ‘los mercados’. ¿Y para qué lo piden?. Para financiar la fuga de capitales”.
Para el diputado Pérez, un acuerdo con el FMI “solo va a traer más ajuste y va a empeorar las condiciones de vida del pueblo argentino», ya que «la deuda externa siempre ha funcionado como un proceso de disciplinamiento y de condicionamiento de nuestras políticas nacionales», dijo el diputado por FM Del Sur.
También hubo opinión del ex director del Fondo Monetario Internacional, Claudio Loser, que en una entrevista a la radio La Red, vaticinó que si se concreta el acuerdo “va a doler”. Loser sugirió que si el Gobierno “actúa con más rapidez y toma responsabilidades por las acciones sin decir ‘el Fondo me obligó a hacerlo’”, daría “una buena señal” al mercado. Si la Argentina se sienta a negociar y habla en serio de acelerar el ajuste fiscal, va a ayudar a que se llegue a un acuerdo. Pero no hay un cien por ciento de seguridad de que el Fondo le vaya a prestar los 30 mil millones”, alertó.
Sin embargo, mientras funcionarios del gobierno nacional anunciaban el fin del gradualismo, cuya primera medida ya fue blanqueada el viernes con la baja de obras públicas por $ 30 mil millones y las cesantías de cinco mil contratos de empleo público, el boletín oficial indicaba que se habían designado 43 nuevos cargos en el gobierno.
Ese mismo viernes, el presidente Mauricio Macri designó a su fonoaudióloga, Micaela Méndez, como directora de Gestión Comunicacional de la Dirección General de Discurso de la Subsecretaría de Comunicación Presidencial de la Secretaría General de la Presidencia a través del Decreto 400/2018.