El presidente Mauricio Macri convocó a «todos los sectores» a trabajar por «un gran acuerdo» que permita reducir el déficit fiscal, «para crecer» y bajar la inflación y, tras ratificar al equipo económico, admitió que fue «muy optimista» al momento de imponerse metas «altamente positivas», además de negar agendas ocultas con el FMI, en una conferencia de prensa en Olivos.
«Tenemos que trabajar entre todos en lograr una reducción del déficit fiscal, para crecer y reducir la inflación. Están todos los sectores convocados», señaló Macri al ser consultado si también estaba dispuesto a establecer un diálogo con representantes del sindicalismo y dirigentes que integran el espacio que encabeza la ex presidenta Cristina Kirchner.
En ese sentido, Macri insistió además que los gobernadores, los legisladores nacionales y el Gobierno tienen que «sentarse alrededor de una mesa» y llegar a soluciones.
«Tenemos que alcanzar un gran acuerdo para ver cómo hacemos para terminar esta historia del déficit fiscal. No podemos seguir con parches mentiras», subrayó el titular del Poder Ejecutivo Nacional.
En un encuentro con la prensa en la residencia presidencial, que se extendió durante 40 minutos e incluyó la formulación de ocho preguntas, el mandatario dio por superada «la turbulencia cambiaria» que atravesó el país en los últimos días, al tiempo que se planteó una autocrítica.
«La autocrítica que tengo que hacerme es que fui muy optimista y me puse metas altamente positivas. Sentí que eso era lo que ameritaba la situación del país, que hace dos años y medio no estaba para un gran ajuste, pero tampoco podía continuar como se lo venía administrando», apuntó el jefe de Estado.
El Presidente destacó el «enorme esfuerzo que han hecho los argentinos en este tiempo, con lo cual se evitó -aseguró- una crisis similar a la del 2001».
Y agregó: «Hoy estamos en una posición más sólida, pero con el mismo problema de fondo, que es el déficit fiscal. Pero tenemos otra experiencia y estamos lejos de repetir una crisis como la que vivimos en otros años».
Sin embargo, sostuvo que el «objetivo fundamental» de su gobierno «sigue siendo bajar la inflación», aunque «sin metas tan ambiciosas», ya que «tiene que ser algo que tenga coherencia con la reducción del déficit fiscal».
Además, ratificó la continuidad de su equipo económico, al estimar que actuó con «seriedad y profesionalismo», y evaluó que encaró «una negociación «profesional y técnica» con el FMI.
Y aclaró: «No nos va a condicionar el FMI. Ellos no se meten con nuestra legislación ni con el tipo de cambio. Acá no existen agendas ni negociaciones ocultas».
Por útlimo, remarcó que «las retenciones no funcionaron». A la vez que propuso «cobrar impuestos inteligentes y que generen trabajo y no que lo destruyan».