Dos médicas cardiólogas confirmaron en FM Aire Libre todas las denuncias que el Sindicato de Profesionales Médicos ha efectuado a lo largo del año sobre el funcionamiento del hospital público en Río Grande. Las Dras. Ruth Haag y Florencia Otrino aseguraron que la principal razón por las cuales los médicos se van del hospital “es el maltrato” y apuntaron contra el Subsecretario de Gestión Sanitaria Zona Norte, Víctor Díaz. En tanto que el Ministro Colman “nunca nos dio una respuesta” y revelaron que han recibido amenazas para que vuelvan a trabajar en el hospital. Realizaron fuertes críticas a las políticas del Gobierno de Bertone con relación a la salud.
Las profesionales médicas Florencia Otrino y Ruth Haag, son dos cardiólogas que renunciaron a la planta permanente del Hospital Regional de Río Grande (HRRG) revelaron en FM Aire Libre los inconvenientes que existen en ese nosocomio y que los profesionales médicos decidan emigrar a el sector privado.
La doctora Haag ingresó en el año 2014 al servicio de cardiología del hospital y posteriormente reemplazó al Dr. Maltés en la Jefatura del servicio tras la jubilación del profesional que la precedió. Explicó que “cuando venimos todos vemos el gran potencial que tiene el hospital, sobre todo por los profesionales que tienen que están todos muy bien formados en prestigiosos hospitales e instituciones del norte del país”.
Por lo tanto “cuando uno empieza a ver la posibilidad que existe de crecer como servicio, empezar a tener más posibilidades de hacer estudios e inclusive la posibilidad de tener una unidad coronaria, por supuesto se entusiasma por esa posibilidad y comienza a dar lo mejor para que eso suceda”.
Relató que desde lo personal “en un principio, en los primeros momentos, tuve la suerte de conseguir un montón de equipos, incluso profesionales y eso hizo que podamos crecer. Hubo un punto de inflexión porque todo se desmoronó y empezaron las trabas no solo para el crecimiento profesional, sino para el servicio y para poder brindar lo que se merece la población y con todas estas trabas uno se cansa y se siente desprotegido por la gestión “, reveló la facultativa.
Y por lo tanto “uno dice hasta acá llegué, por salud propia, y ver donde puedo hacer algo positivo para la salud de Río Grande y en el Hospital no puedo” y especificó que las dificultades se presentan porque “hay un maltrato institucional, se nota, todos lo vemos” incluso “en la nota que salió de SIPROSA fuimos explícitas sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal”. Y relató que “hemos tenido situaciones con una médica pediátrica; una cardióloga infantil en el cual hubo un problema en una institución privada con un bebé y la obligaron a asistir a ese bebé, pero de una manera que no son la forma y por ese hecho puntual a mí me amenazaron por teléfono y me dijeron que si la doctora no iba tomarían medida con nosotros”.
Y reveló que las presiones fueron hacia “la Dra. Fracalossi que hay que cuidarla como oro porque es la única cardióloga infantil en el ámbito público y yo he visto varias veces como han tratado a la Doctora y que yo no pueda defenderla como Jefa del Servicio no puedo ser cómplice”.
Además, las profesionales contaron que “nos han sacado fotos cuando se hacen paros generales para ver si en el servicio estamos trabajando o no estamos trabajando, y me he quedado de eso tanto con el Director como más arriba, dado que “te sentís como perseguida” relató la Dra. Florencia Otrino.
“Es como si debiéramos hacer todas las funciones y nadie lo reconoce” acotó la docctora Haag ejemplificando con casos en que “no hay suficientes enfermeros o camilleros porque es una realidad, nosotros estamos obligadas a hacerlo y lo hacemos, pero después nos reprimen porque no estamos en tiempo y forma en determinado lugar, o hay que andar detrás de una medicación porque no hay enfermeros, o están ocupados mientras tenemos que dejar de lado a otros pacientes esperando”. Por lo que “necesitamos más personal, pedí reiteradas veces, pero siempre obtuve silencio, como también pedí equipos nuevos y condiciones para preservarlo porque si no se estropean” e incluso reveló que “tenemos dos equipos muy nuevos que se están deteriorando porque no están en el lugar adecuado”.
Y aseguraron que estos dos últimos años de solicitar diferentes cosas para un mejor funcionamiento del servicio “fueron dos años de silencio” por parte del Gobierno de Bertone y cada vez que nos juntábamos a hablar era un sí, sí pero no pasaba nada”.
Con relación a los haberes de los profesionales médicos, las facultativas calificaron de “injusto” lo que ocurre en otros servicios con la contratación de profesionales externos dado que “la mejor pediatra que conocemos está haciendo guardias por $4000 mientras que un contratado cobra 14 mil pesos, cumplen la misma función además hemos observado que no son tan estrictos con los profesionales contratados como lo son con los de planta del hospital”. En tanto que las guardias “a la planta permanente se les paga algo más de 800 pesos en tanto que a los médicos contratados se les paga $14 mil.
Además, remarcaron la situación del “régimen de residente que es el último eslabón de la carrera de médico. Cualquier médico que tiene una residencia la pasa mal, la palabra del residente no vale o si otro hace algo mal también es culpa del residente. Nosotros tuvimos que hacernos cargos de un caño que se rompió de agua y de un cable que se quemó. No tenemos enchufes, y dicen que lo tienen que comprar los médicos. Así es con todos los médicos”, dijo la doctora.
Colman nunca nos dio una respuesta
Consultadas sobre la relación con el ex ministro de Salud Marcos Colman, expresaron que “nos hemos sentado miles de veces y pasaron dos años en el que pedimos cosas que nunca llegaron y cuando presentamos la renuncia nos preguntó porque lo hacíamos y nosotros tenemos una pila de notas de lo que necesitábamos y nunca obtuvimos una solución” e incluso “en una reunión general nos dijo ahí está la puerta, al que no le gusta que se vaya y ahí renunciaron los neurocirujanos”.
En materia salarial revelaron que “en algunos casos recibimos el plus por vivienda que son 6000 pesos y con 15 días de guardia más o menos el salario llega a 64 mil pesos, pero el que no hace guardia gana más o menos 50 mil pesos”, sin embargo “yo no quiero que me aumenten el sueldo con guardias, quiero que les aumenten a todos” y sentenció “aunque me ofrezcan un millón de dólares no me voy a quedar, no concuerdo con el manejo que existe” y especificó que “hablo de los Directores para arriba porque lo que corresponde a Dirección hacen lo que pueden” señaló una de las profesionales.
Y apuntaron directamente sus críticas al “Subsecretario de Gestión Sanitaria Zona Norte, Víctor Díaz, que es la persona que tiene más contacto con la Dirección y quien tiene las formas más represiva y agresiva de expresarse y si esa es la pantalla que nosotros vemos hacia arriba nos deja mucho que desear”.
También se quejaron porque “nos están poniendo muchas trabas con las renuncias que presentamos en noviembre para que se haga efectiva a partir de enero y nos notificaron a través de una cédula que no iba a ser aceptada y yo tuve un llamado del Víctor Díaz que me dijo que debíamos reunirnos y ver la manera de arreglar para no nos vayamos, pero mi decisión está tomada y es irrevocable y me advirtió que podría utilizar artilugios legales para demorar la renuncia”.
Por otra parte, reflexionaron sobre el sistema de salud pública entendiendo que “es la salud de la población en general entre Estado y privado y la actual gestión habla de lo privado como si fuera el enemigo y hay muchas cuestiones que no puede resolver lo público como lo privado” en tal sentido ejemplificaron con “la falta de un servicio de hemodinamia en la ciudad y como no puede haber un diálogo y organización para que todos los días haya un hemodinamistas todos los días y estar cubierto todo el mes, en todo el país se maneja así” revelaron.
Y volvieron a insistir en que el principal factor por el cual los profesionales está emigrando del sector público “es el maltrato” dado que “el hospital tiene un potencial increíble y hay muy buenos profesionales, con muy buena formación como para después llegar a tratar y que se los trate como se los trata” y volvieron a ejemplificar que estas situaciones también ocurrieron cuando “nos quisieron imponer la cirugía cardiovascular y entre todos los servicios nos opusimos porque no tenemos las condiciones óptimas para llevarla a cabo” y el Ministro nos dijo textualmente “el que se oponga a la intervención cardiovascular lo prendo fuego” aunque “en realidad no nos oponíamos, qué más quisiera un cardiólogo, pero hay que reconocer que el hospital no está preparado, no tenemos un quirófano para eso, no tenemos un quirófano para eso y tampoco tenemos el personal para hacerlo” revelaron para sintetizar el grado de temeridad de las autoridades de salud de la provincia.
Finalmente reconocieron que hablaron con la Gobernadora en una oportunidad, aunque “me parece que la gobernadora escucha a sus asesores que no le están diciendo la verdad”.