Por Mariano López.- Este martes, legisladores oficialistas, tanto de FORJA como del PJ, trataron en comisión legislativa la creación del Régimen Provincial de Iniciativa Privada. Con esta propuesta, el gobierno de Gustavo Melella busca establecer una normativa «ágil y novedosa» para atraer inversiones privadas que contribuyan a la prestación de servicios de interés público. El legislador Federico Greve, de FORJA, subrayó la importancia de esta iniciativa para dinamizar la economía local y mejorar la infraestructura provincial.
Sin embargo, mientras se discute esta nueva iniciativa, no podemos dejar de recordar que proyectos anteriores, como la modernización de la aerosilla del Glaciar Martial, aún no han cumplido las expectativas. A pesar de las promesas y los plazos establecidos, las obras en el Glaciar Martial siguen estancadas, lo que plantea serias dudas sobre la capacidad del gobierno para concretar nuevas inversiones cuando las existentes todavía no se han materializado.
Un caso emblemático es el proyecto de modernización del Centro de Montaña Glaciar Martial, adjudicado en 2019 a las empresas FR Inversiones y DIALAL SRL. Este proyecto, que se suponía transformaría uno de los principales destinos turísticos de Tierra del Fuego, ha quedado estancado en gran medida. Hasta ahora, lo único visible ha sido la instalación de un telesquí de 200 metros, unos baños y la reutilización de la antigua confitería con un servicio limitado. Las prometidas nuevas aerosillas, miradores y demás infraestructuras siguen siendo solo eso: promesas.
Las condiciones actuales del lugar reflejan un estado de abandono preocupante. Las imágenes capturadas en la base de la aerosilla del Glaciar Martial muestran una estructura gravemente deteriorada y vandalizada. El suelo de madera presenta numerosas tablas rotas, algunas de las cuales han desaparecido por completo, dejando huecos peligrosos que se agravan con la presencia de hielo. La plataforma elevada, que alguna vez debió servir de acceso seguro a los turistas, ahora es un riesgo latente, con barandas desgastadas y una superficie inestable. Este deterioro no solo es un reflejo de la falta de mantenimiento, sino que también pone en peligro a cualquiera que se acerque al lugar sin la debida precaución.
Este último fin de semana se celebró la tradicional bajada de antorchas; si bien los vecinos y turistas, en su mayoría brasileños, disfrutaron de un rato agradable, lo hicieron en medio de una evidente falta de infraestructura. En la base del Glaciar, que dista más de un kilómetro de donde se desarrolló el evento, se puede observar toda la estructura dañada, lo que evidencia la dejadez en su mantenimiento. Además, la falta de inversión en cartelería para los senderos es otro claro indicio del abandono de esta área.
En diciembre de 2021, el gobierno intentó justificar las demoras señalando el impacto económico de la pandemia y firmó una adenda al contrato de concesión que otorgaba un plazo de 9 meses para instalar un medio de elevación más actualizado. Ese plazo ya ha pasado, y las mejoras siguen sin materializarse, dejando una vez más a los fueguinos esperando lo que nunca llega.
Con este antecedente, el nuevo Régimen Provincial de Iniciativa Privada plantea serios interrogantes. ¿Cómo puede el gobierno atraer nuevas inversiones privadas cuando los proyectos actuales, como el del Glaciar Martial, se han convertido en símbolos de promesas incumplidas? ¿Cómo se puede generar confianza en futuros proyectos cuando los compromisos ya adquiridos no se han cumplido?
Si bien desde la empresa indicaron que a fines de este año comenzarían los trabajos, hace años que se sigue escuchando este relato, mientras miles de fueguinos y turistas no pueden acceder a un servicio digno. Este sería el momento ideal para que el oficialismo no solo impulse nuevas normativas, sino que también invite a los responsables de proyectos como el del Glaciar Martial a rendir cuentas. Sin transparencia y responsabilidad, cualquier nuevo régimen de iniciativa privada corre el riesgo de ser visto como otra promesa vacía.