USHUAIA (Por Lien Tapia).- Con un marco extraordinario y el
acompañamiento de las autoridades de la provincia se cerró la
sexta edición de la Copa Fin Del Mundo organizada por MZL
Deportes. Dos jornadas de choques provinciales y un nivel
superlativo dejaron como saldo a San Isidro de Rio Grande
levantando el trofeo de una competencia a otro nivel.
El punto cumbre de esta sexta edición tuvo un final feliz. Los choques
provinciales entre Ushuaia y Rio Grande (ocho en dos días) marcaron
desde el sábado una recta final infartante que culminó con un doble grito
de campeón, grito que se extenderá desde la capital hasta el norte,
porque si, allá se fue la preciada, con justicia. Allá descansará por un año,
lista para volver a brillar.
Las llaves del masculino abrieron cartas con un póker de juegos el sábado
en Casa del Deporte. Ahí, San Isidro y UOM disputaron un choque estelar
en el que el Tachero se elevó con la victoria en un apretado y dramático
4-3 mientras que, acto seguido, HAF se metió en semis, pero no sin antes
padecer muchísimo ante un Azulgrana de Río Grande, que obligó al
candidato rojinegro a llegar a la tanda de penales.
El otro que brilló el sábado fue Magallanes. El multicampeón de la CAFS
despachó 9-1 a Victoria en lo que fue la goleada más abultada de la Copa
y su rival sería Kiricocho, que en el cierre de los cuartos de final, le puso
punto final a la ilusión de Ateneo, venciéndolo en un 5-4 de novela, lleno
de acción y de goles.
Los primeros en saltar a escena en semifinales fueron HAF y San Isidro,
dos de los máximos candidatos, y el choque tomó vuelo. El elenco de
Damián Barría impuso su juego en los primeros instantes con golazo de
Gabi Sánchez -sombrero incluido-, pero a partir de un gol totalmente
superlativo y a un toque por parte de HAF, el mando de las acciones paso
a favor de los capitalinos. Tan así que en el complemento los ushuaienses
tomaron ventaja 2-1 con un nuevo e importante gol de Tolaba.
A partir de ese momento, San Isidro arremetió una y otra vez el arco de
Moncho Fernández, quien agigantaba su figura. Tanto fue San Isidro y con
las cosas tan claras, que a falta de apenas cinco segundos para que el
reloj muera, llegó al empate en los pies de un Valderas endemoniado.
Luego, la suerte de los penales le bajó el pulgar a HAF y le sonrió a
Triviño y San Isidro que se aseguró el boleto en la cita máxima.
La otra semi no fue menos que la primera. Magallanes y Kiricocho
liberaron una auténtica batalla deportiva en el que se entregaron al golpe
por golpe de principio a fin. Es verdad, gran parte del juego Magallanes
fue superior, pero no por mucho, y sobre todo en el final, cuando el
conjunto de Chacra 2 se puso 3-4 en el score, fue Javier Ortega quien
sostuvo al Azul de Ushuaia de una caída estrepitosa.
Showtime puro
La Casa del Deporte se vacío por unos instantes, pero no mucho. Solo
pasaron un puñado de horas para que el público vuelva al pasillo de
ingreso, abarrotado contra las butacas, con un ambiente de final
maravilloso, listos todos para disfrutar de lo que sería un choque final
cinco estrellas en todo sentido. Se movió la bola y las acciones iniciaron el
duelo Magallanes – San Isidro. Chelo Sánchez por un lado, Damián Barría
por otro. Ushuaia – Río Grande, tenía demasiadas atracciones como para
no ser un duelo más.
Y así se vivió, dentro y fuera de la cancha. Rápidamente el Maga se puso
en ventaja con un potente disparo de Giovanni Grandis, y a partir de ese
instante la final sufrió un quiebre del cual jamás volvió. A partir de la
ruptura del marcador, ambos elencos se tiraron manos por todas partes,
dispuestos a doblegar a su oponente.
Y eso aconteció. Magallanes se sostuvo en partido por ser eficaz a la hora
de definir, pero la realidad y el termómetro indicaba que era el elenco del
norte de la isla quien manejaba las acciones en todo momento. Un par de
palos y travesaños, más atajadas brillantes de Camacho y Ortega en
Magallanes, ayudaron a que el encuentro se mantenga pardas hasta el
final. De hecho, el 3-3 por parte del conjunto local, convertido por la joya
Fede Bleuer, llega tras un grosero error de Triviño en el arco tachero.
Ahí, en donde parece que lo que manda es la moneda de la suerte –
penales-, se hizo presente la justicia. Magallanes erró dos, San Isidro
ninguno, y el gran equipo de Barría se alzó con la sexta Copa Fin del
Mundo para alegría y orgullo de todo el pueblo aurinegro. Fue mejor San
Isidro, fue el mejor de principio a fin en la Copa teniendo incluso que
lidiar con los más duros rivales.
Por eso esta Copa, que todos querían y que la jugaron los mejores, no
tengan dudas, se la quedó el mejor. Se va la sexta, se va en taxi a Rio
Grande, es una dama de lujo en un viaje privado lleno de gloria y fotos
que serán constancia de la hazaña de Barría, de Sánchez, de Valderas, de
Vera, de Ojeda, de Toledo, de Marimon.
De la hazaña de un justo y digno campeón. Se fue la sexta, más no la
última. Porque claro, cuando el rumor de la séptima vuelva a surcar la
isla, todos van a estar ahí.