La referente de la fundación Por el Mar analizó la iniciativa, anunciada por un importante empresario, de invertir en salmonicultura en Tierra del Fuego, cuyos métodos de producción en su mayoría están prohibidos por Ley.
En un contexto de creciente debate sobre el desarrollo industrial y ambiental en Tierra del Fuego, la reciente iniciativa de un empresario prominente para invertir en salmonicultura ha generado diversas opiniones. Ángeles De La Peña, referente de la fundación Por el Mar, aportó por FM Master’s su perspectiva sobre la regulación de esta actividad y la visión de desarrollo que debería prevalecer en la región.
De La Peña enfatizó que la Ley vigente no prohíbe la salmonicultura, sino que establece regulaciones específicas. “La ley lo que establece es qué no se puede hacer, cómo no se puede hacer, estableciendo las pautas para que se desarrolle de una forma sostenible en el tiempo y sustentable para el ambiente”, explicó. Según la experta, esta regulación no solo protege la naturaleza, sino que también beneficia a otras actividades e industrias que son esenciales para la economía y la identidad cultural de Tierra del Fuego.
Uno de los argumentos centrales en el debate sobre la salmonicultura es la dicotomía entre ambientalismo y desarrollo económico. De La Peña señaló que es un error simplificar la discusión de esta manera. “Muchas veces se cae en la discusión del ambientalismo vs. el desarrollo, o el ambientalismo vs. la industria o la producción, cuando en realidad es importante tener en cuenta que es una cuestión de visión de desarrollo”, comentó. Para ella, es crucial definir qué tipo de desarrollo se desea para Tierra del Fuego y evitar que el debate se reduzca a una mera cuestión ambiental.
En relación con los beneficios económicos que se esperan de la salmonicultura, De La Peña advirtió que es importante poner en perspectiva las comparaciones con otros países, como Chile. “Parte de los dichos que estuvieron circulando, tenían que ver con la generación de empleo y la generación de divisas… Pero la realidad es que Chile tiene un problema ambiental y social muy grande a raíz de esta industria”, observó. En su análisis, De La Peña destaca que la expansión de la salmonicultura en Chile ha llevado a la degradación de sus costas y ha afectado negativamente a la pesca artesanal.
Para la experta, una solución viable sería la adopción de sistemas de producción en tierra con circulación de agua cerrada. Estos métodos, según De La Peña, tienen un impacto mucho menor en los ecosistemas acuáticos naturales. “Si bien en su momento se habló de la prohibición de la salmonicultura, es una regulación, porque está establecido en la ley que se pueden hacer sistemas de producción en tierra que son de circulación de agua cerrada. Tienen un impacto muchísimo menor en el mar, en el río, en lagos o lagunas naturales, porque los desperdicios y todo lo que genera la actividad de criadero de salmón queda en ese espacio controlado”, señaló.
De La Peña también subrayó que el debate sobre la salmonicultura no es exclusivo de Chile o Argentina, sino que es un tema global. “Este debate se está dando a nivel global, inclusive en países del hemisferio norte… muchas comunidades están pidiendo la transición de este modelo de producción en mar para que se haga en tierra”, comentó al respecto. La preocupación por el impacto ambiental de la salmonicultura en el mar es compartida por científicos, pescadores y comunidades en diversas partes del mundo.
En resumen, Ángeles De La Peña abogó por una discusión más profunda y una visión de desarrollo sostenible para Tierra del Fuego. La regulación de la salmonicultura, lejos de ser una prohibición, busca asegurar que esta actividad se lleve a cabo de manera que proteja el medio ambiente y beneficie a la economía local sin comprometer los recursos naturales.