Este sábado 1 de julio se cumplieron tres años de la entrada en vigencia de la Ley de Alquileres 27.551 que entre sus principales definiciones estableció un plazo mínimo de tres año de duración de los contratos de locación de vivienda para residencia, con un único aumento anual en base al Índice de Contrato de Locación (ICL) informado día a día por el Banco Central en base a una relación que incluye la inflación y la evolución de los salarios.
Esta fecha indica que los primeros contratos bajo esta ley comenzarán a renovarse a partir de este mes, con notables incrementos: desde esta semana, los inquilinos (que deban renovar sus contratos) pagarán más del doble por sus alquileres.
Por dar un ejemplo, un inquilino que inició su contrato con la puesta en vigencia de la ley el 1° de junio de 2020 a $50.000 a partir de este mes tendrá que pagar $226.000. Si en cambio, lo firmó el 1° de julio de 2022 por $100.000, en caso de renovar abonará en julio $203.000 ya que el porcentaje de ajuste por el ICL es de 103%.
El problema de los alquileres y la crisis habitacional es una cuestión que sucede en todo el país, y el caso de Tierra del Fuego, sobre todo Ushuaia, no es la excepción.
Christopher Moreno es referente de la Asociación de Difusión y Acción «Que Nos Escuchen», inquilinos agrupados de Ushuaia, quien en diálogo con FM Master’s manifestó que «la ley no servirá para el que quiere seguir aumentando acorde a la inflación mensual. A nosotros, como inquilinos, nos favorece. La ley lo que hizo fue dar un alivio a los vecinos. El problema viene de la inflación galopante y la crisis económica que afronta Argentina, además de que el problema de los alquileres es una cuestión a nivel mundial».
El principal problema de la Ley de Alquileres en Ushuaia (como en todo el país) es que no se cumple: la mayoría de los vecinos y vecinas que alquilan lo hacen de manera irregular, sin contrato, por lo que deben afrontar aumentos cada dos, tres, cuatro o seis meses en el mejor de los casos y bajo el porcentaje de lo que disponga el propietario, por lo que la situación para los inquilinos es de desamparo total. Ante no tener donde vivir por falta de oferta y sobredemanda, se ven obligados a pagar estos aumentos fuera de norma.
Actualmente, «la hostilidad del propietario es el principal problema y preocupación con la que los vecinos y vecinas de la ciudad se acercan hoy a la asociación. Calculamos que más de la mitad de las personas que alquilan en Ushuaia no lo hacen por inmobiliaria, sino por dueño directo y de manera irregular, sin contrato. El estrés no es sólo poder pagar la renta, es llenar la heladera y llegar a fin de mes. Muchos inquilinos nos comunican que los dueños les golpean la puerta y la condición es ‘te vas o aceptas el aumento'», contó en este sentido Christopher Moreno.
Hacia fines de 2022, el registro de inquilinos que llevó adelante «Que Nos Escuchen» arrojó que había 3.500 personas que alquilaban en Ushuaia. De ese registro, un 60% ya estaban pagando por alquileres de 2 habitaciones entre $170.000 y $200.000.
«Estimamos que ahora el valor de un departamento de 2 habitaciones está $250.000/$270.000 mensuales. Un monoambiente cuesta $180.000. Yo vivo en un monoambiente y se me fue de $120.000 a $160.000, en un contrato de manera irregular. En mi caso, estoy buscando alquiler hace tres meses, pero no encuentro. Y las pocas ofertas que hay te piden requisitos en los que tenes que contar con $500.000 para poder ingresar», agregó el referente de la asociación de inquilinos.
A pesar de que en el Concejo Deliberante de Ushuaia y en la Legislatura provincial se presentaron diversos proyectos de ordenanzas y leyes al respecto, aún no hay novedades concretas.
