Por Fabiana Morúa.- Una vecina de la ciudad de Río Grande que fue agredida hace menos de una semana por 2 personas. Ella fue convocada para hacer un trabajo de peluquería, pero lo que no esperaba era una agresión como la que vivió, donde también le robaron sus pertenencias de trabajo.
Hace casi una semana, un grupo de activistas y de la agrupación “Cien por ciento Diversidad y Género” se manifestaron en el centro de la ciudad de Río Grande donde exigieron que la Justicia actúe en el marco de la violenta agresión de la que fue víctima Gilda, una mujer trans y peluquera en Río Grande.
Ella fue atacada cuando fue a realizar unos trabajos de peluquería. Tiempo Fueguino, conversó con Gilda que aseguró que todavía siente dolores tanto en el cuerpo como en la cabeza, producto de la golpiza.
“Dejé todo a manos de la justicia. Yo todavía no entiendo que pasó, por qué hicieron eso”; expresó.
Gilda contó lo que sucedió: “La chica a mí me había llamado unos días antes, un sábado, quería que le haga una tintura en su domicilio. Le dije que ese día no podía porque tenía otra clienta, ella insistió y le dije que podía al día siguiente, domingo”.
“Ese día terminé pasadas las 22.30, por eso le avisé y no fui a hacer la tintura que quería. Pasaron unos días, el martes, mientras cuidaba unos niños, me escribe de nuevo que me estaba esperando. Le dije que podía ir a la tarde; a las 18 horas le dije que iba a ir”; detalló.
Continúo: “Preparé todas mis cosas de peluquería y fui a la casa de ella. Cuando llegué, me abre la puerta y había un chico encapuchado. Cuando entro hablamos un poco e iba a preparar las cosas para hacer la tintura y el chico que estaba me agarra por atrás, ella cerró la puerta y yo le decía que me suelte porque no había hecho nada”.
“En ese momento, ella me atacó con el cuchillo y yo me defendía con los brazos y con las piernas, como podía. No sé en qué momento ni como, se abrió la puerta, busco mi bolso de peluquería para salir y ellos me agarran el bolso. Quería salir y como tenía una mochila que no me había sacado, se me engancha en el picaporte del lado de adentro y no podía soltarme”; describió Gilda.
Entre la desesperación y querer salir de la casa, como la mochila se había enganchado en la puerta, “se abre y cae todo al piso. Cuando las voy a juntar, ellos me empujan hacia afuera y caigo en el barro. Afuera también me pegaron piñas y con el cuchillo. Yo no sentía nada”.
También le dijeron que, “si denunciaba, me iban a matar, me iban a escrachar. Yo no entendía nada. Cuando me escapo de ella, afuera, agarro mi billetera y un estuche que tenía en mi cartera; cuando me toco los bolsillos de la campera, estaba toda agujereada por el cuchillo y ya no tenía mi celular”.
“Yo estaba en shock. Como no me abrieron ni me devolvieron mis cosas, me fui a mi casa. Cuando llegue tenía cortaduras en el rostro, estaba con mucha sangre, pero no sentía nada. Mi familia me vio en ese estado y se largaron a llorar, yo los miraba porque no entendía nada. Ellos llamaron a la policía, a la ambulancia”; relató Gilda.
Asimismo, ella aclaró que, como la ambulancia tenía demora, un amigo de ella la llevó hasta el Hospital Regional Río Grande. Una vez en el Hospital: “Me cocieron, me pusieron puntos en el pómulo, adentro de la boca, en la oreja. De ahí fuimos a hacer la denuncia”.
Gilda comentó que pudo recuperar su celular porque “empezaron a rastrearlo hasta que la ubicación indicó que estaba en donde un técnico. El hijo de una amiga conoce al técnico y ahí fue que pudimos recuperar mi celular”.
Sobre su caso, indicó que “está a cargo de mi abogado. Todavía no tengo novedades”.
Paralelamente, organizaciones no gubernamentales, agrupaciones, asociaciones han expresado su repudio ante el ataque, así como la solidarización con la víctima. “He recibido acompañamiento de todos lados, del jardín donde llevo a los chicos que cuido, de mi trabajo, de todos lados. También por parte de áreas gubernamentales, como ser la Subsecretaria provincial de Diversidad, Victoria Castro.
“Han estado personas que yo no conocía y estoy muy agradecida”; sostuvo Gilda.
Finalmente, se le consultó que significa para ella ser una mujer trans en la actualidad, en la ciudad de Río Grande: “Es difícil, para todo es difícil; para que la sociedad te acepte, aceptan algunos y a otros no”.
“Mi familia siempre me han acompañado, con ellos no tengo ningún drama; siempre estuvieron conmigo”; concluyó Gilda, peluquera y vecina de Río Grande.