Por Silvana Minue-El barilochense, Maximiliano Rocchi tiene 34 años y rindió el último final de la carrera de Zoología, perteneciente a la Facultad de Ciencias Naturales y Museo de la UNLP, desde la Antártida, de manera remota. Para festejar su título, junto a su amigo se sumergieron en las aguas frías del mar Antártico.
Se recibió de Licenciado en Biología, con orientación en Zoología. Su llegada a la Antártida se hace por medio del vínculo entre el Instituto Antártico Argentino y la Dirección Nacional del Antártico que tienen relación con las universidades como la UNLP. El joven al ser ayudante de materias y esta además vinculado con la extensión de la Facultad, posibilitó hacer trabajos de técnico para diversos investigadores en las tierras heladas. Fue seleccionado para trabajar con mamíferos. Luego, con focas en Base Primavera. Trabajo con ballenas, aves, de todo. Después, en las otras campañas trabajo con elefantes marinos, en Base Carlini.
TIEMPO FUEGUINO dialogó con el joven para conocer más de su experiencia antártica y su pasión por los animales.
TP- ¿Tu infancia tuvo que ver en la elección de la carrera?
MR: Yo creo que mi infancia tuvo que ver bastante en la elección de la carrera. Si bien nunca pensé ni tampoco me imaginé que lo iba a poder seguir y menos venir a la Antártida. Soy de Bariloche y vivo en un Parque Nacional. Todo el tiempo estaba en contacto con la flora y fauna. Cuando era chico en Bariloche, en la escuela nos enseñaban mucho sobre los animales y plantas del lugar. En la zona, había carteles explicando cada cosa. Entonces todo el tiempo estaba rodeado de animales y de naturaleza.
Otra cosa que sumó fue que mi papá trabajaba en el INTA de Bariloche y acostumbraba a visitarlo. Estaban los guanacos, cabras, ovejas y me encantaba ir a verlos. Siempre iba a mirar y desde chico siempre tuve mascotas como perros y gatos. Es una de las cosas que me influenció.
Entonces en mi idea, era estudiar paleontología. Después dije que no es lo que me gusta. Luego fui a La Plata, me puse a estudiar Veterinaria y de repente me di cuenta de que no era lo que me gustaba ahí. Y finalmente, por una amiga que se interesó en zoología, me anote y estoy recibido.
TF: ¿Cómo fue recibirse en la Antártida y la experiencia de festejar con un chapuzón en tierras heladas?
MR: Y recibirse acá fue algo único. Con mi compañero estuvimos estudiando bastante. Nos dedicamos a solamente estudiar, teníamos que aprendernos muchos nombres y cosas así. Nos sentamos todos los días y no hablamos de otra cosa que no fuera de eso. Teníamos que ir a todo o nada, aprobar si o si, ya que habíamos pedido mesa especial. Así que la verdad, los profesores de la Universidad de la Plata, de la Facultad de Ciencias Naturales, nos dieron una mesa especial y nos presentamos la semana pasada, el viernes. Y por suerte, toda la mejor voluntad y buena onda de los profesores.
Rendir acá fue muy loco. Una de las cosas que me pasó, cuando hablaba con profesor, es mirar hacia afuera de la ventana y empieza a caerse todo un pedazo del glaciar del frente, unos pedazos gigantes y me quedé, así como nada, asombrado, mientras rendía.
TP: ¿Al estar en tierras lejanas, la melancolía se hizo sentir?
MR: Muchos sentimientos encontrados, siempre pensé que ese día, iba a venir toda mi familia o estar con mi novia y mis amigos de allá. Extraño el contacto con la familia y con mi novia, con mis mascotas, pero la verdad fue una experiencia única haber rendido y el último final acá. La gente de la Antártida se re portaron pusieron banderines, carteles, una foto nuestra, esperaban mientras rendíamos con mi compañero de cursada.
Después de rendir, salimos afuera, nos tiraron algo y en realidad nos íbamos a mojar un poco los pies hasta la cintura. Pero nos terminamos tirando. Igual no era tan frío como yo pensaba. Nos fuimos corriendo a pegarnos a una ducha con agua caliente y después seguimos charlando, riéndonos, pasándola re bien.
TF: ¿De ahora en más, como vez tu futuro?
MR: Me gusta mucho más el tema de los anfibios y reptiles. Hay muchos problemas de desconocimiento, asco, miles de cosas sobre hacia las ranas, los sapos, serpientes. Tampoco nunca descarto trabajar en la Antártida. Como te dije al principio entré en la carrera pensando una cosa y terminé acá en Antártida, trabajando con mamíferos marinos así que nunca se sabe.