Desde el Ministerio de Educación quieren crear carreras más cortas y afines a los intereses productivos, con ofertas académicas que respondan a las demandas de desarrollo económico de cada región, e incluso cada provincia.
Es lo que se desprende del informe «Áreas de vacancia», tendiente a orientar a los jóvenes a que sigan carreras necesarias para áreas específicas necesarias para el desarrollo económico.
Durante ocho meses, la Secretaría de Políticas Universitarias localizó las áreas estratégicas de cada provincia, con la ayuda de los ministerios de Producción. Los siete Consejos Regionales de Planificación de la Educación Superior (CPRES) indagaron en la oferta universitaria disponible en cada territorio. Por último, en base a la cantidad de estudiantes, definieron distintas áreas de vacancia.
Según el diario Infobae, el ministro de educación Alejandro Finocchiaro presentó el informe en el que se intenta «romper esa gran dicotomía entre Estado y universidad por la autonomía de las instituciones, que reivindicamos fuertemente. Se trata de hacer una planificación real del sistema en Argentina. No puede ser que sigamos teniendo áreas de vacancia enormes en el país».
Finocchiaro lo graficó en un ejemplo: «Tenemos un país con un litoral marítimo enorme, pero no tenemos ninguna carrera que estudie la producción marítima. No digo que obliguemos a los chicos a estudiar una carrera ni poner cupos, pero sí orientarlos». A su vez, planteó que quieren ir hacia una «universidad de doctores», en la que para ser titular de cátedra sea requisito indispensable tener un doctorado.
Desde 1995, cuando se sancionó la Ley de Educación Superior, se crearon los CPRES en cada región del país, además de uno específico para la Ciudad y la provincia de Buenos Aires. Los consejos, creen, no estaban funcionando como debían. «Buscamos darles otro propósito a los CPRES, para que efectivamente asuman la planificación, que se articulen con universidades públicas y privadas de la región, además de los ministerios provinciales», dijo Danya Tavela, secretaria de Políticas Universitarias.
Según dijeron los funcionarios, el libro busca plantear un debate en el sistema universitario, «muy conservador por definición». «Hay regiones en los que la oferta académica que hay en el territorio no tiene ningún vínculo con el requerimiento productivo», planteó Tavela.
Además de la publicación, elaboraron un mapa georreferenciado que permite rastrear toda la oferta de educación superior en el país. En Capital Federal, por ejemplo, se observa la necesidad de más técnicos en vez de licenciados y es muy escasa la oferta de pregrado. La apuesta no es redefinir lo existente, sino «empezar a caminar hacia los faltantes y generar oferta pertinente para el desarrollo económico de las regiones».
Más allá de las necesidades de cada provincia, hay áreas como las ingenierías o enfermería que son transversales a todas. En el sistema universitario argentino, destacaron, se presentan dos características muy importantes para la inclusión: ingreso irrestricto y gratuidad, «pero incluir es mucho más complejo». Quieren equiparar saberes desde la secundaria, ocuparse de la trayectoria de cada joven para que no abandone la universidad y apuntar a carreras más ágiles y cortas.