Según se informó oficialmente, a dos de los cuatro los aviones suspendidos se les realizará la inspección correspondiente, que establece el fabricante de esas máquinas para el conjunto del tren de aterrizaje.
Las aeronaves serán reemplazadas por aviones Twin Otter, que fueron adquiridos a la empresa De Havilland, de Canadá a principio de la década del ’70, fueron modernizados y dos de ellos están preparadas para operaciones antárticas, con un esquema de «alta visibilidad».
Los aviones Twin Otter podrán aterrizar hasta en pistas de ripio y cubrirán las frecuencias uniendo las localidades patagónicas de Río Mayo y Comodoro Rivadavia (Chubut), Río Grande (Tierra del Fuego) y Río Gallegos (Santa Cruz), entre otras estaciones aéreas a través de dos frecuencias semanales, y con capacidad para 10 personas cada uno.
En ese marco, las fuentes oficiales subrayaron el «alto compromiso» de la Fuerza Aérea con la comunidad protagónica para «brindar un servicio de comunicación y ayuda a los pobladores más alejados de los centros urbanos».
Asimismo remarcaron su intención de realizar «en el menor tiempo posible» la inspección de los aviones suspendidos, ya que esa revisión «es vital, involucra un sistema crítico y comprende la sustitución de las piezas que indiquen los estándares de seguridad, aunque se encuentren en buen estado».
Los SAAB 340B son aviones suecos para 34 pasajeros, cuentan con un bimotor turbohélice que entró en servicios en 1994, y cumplen «numerosas prestaciones»; entre ellas el de ser «uno de los más rápidos de la historia pudiendo alcanzar una velocidad de 665 kilómetros por hora».
Según indicaron las fuentes, «la falta de presupuesto acorde a las necesidades operativas diezmó la flota de SAAB en un 50 por ciento».
