El gobierno británico de las Islas convocó a una consulta popular para evaluar un proyecto de explotación petrolera, generando preocupación en Argentina por las implicancias económicas, diplomáticas y ambientales del desarrollo.
El ilegítimo gobierno del archipiélago de las Islas Malvinas convocó a una consulta popular para evaluar el respaldo al proyecto de explotación petrolera liderado por la empresa israelí Navitas Petroleum. La consulta, iniciada el 24 de junio, busca conocer la opinión de los kelpers sobre la extracción de hasta 500 millones de barriles de petróleo en el yacimiento de Sea Lion, ubicado a unos 240 kilómetros al norte de Puerto Argentino.
Según un informe del diario inglés The Telegraph, el campo de Sea Lion podría contener hasta 1700 millones de barriles de petróleo, superando significativamente a Rosebank, el mayor proyecto planificado en el Mar del Norte del Reino Unido, que posee una estimación de 300 millones de barriles.
De concretarse, este desarrollo podría transformar radicalmente la economía de las Islas Malvinas, que actualmente depende principalmente de la cría de ovejas y la pesca. Los ingresos potenciales en regalías e impuestos serían millonarios, beneficiando a la economía local.
La respuesta del Gobierno argentino, que mantiene una disputa de soberanía sobre el archipiélago, aún no ha sido oficializada. «Es objeto de análisis para determinar eventuales acciones diplomáticas correspondientes», indicaron fuentes de la Cancillería.
La canciller argentina, Diana Mondino, en su reciente intervención en el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas, reafirmó el reclamo de soberanía y rechazó los argumentos británicos sobre la libre determinación de los isleños, argumentando que la actual población es resultado de una colonización forzada por el Reino Unido.
Mondino expresó que la composición demográfica actual de las islas se debe a medidas británicas que favorecieron el asentamiento de súbditos británicos tras la ocupación forzada del territorio y la expulsión de las autoridades argentinas en el siglo XIX. Esta postura histórica sigue siendo un punto de fricción entre ambos países.
La visita del ex primer ministro británico David Cameron a las Malvinas a principios de año también avivó las tensiones, reflejadas en intercambios en redes sociales entre los mandatarios.
El proyecto de explotación petrolera enfrenta críticas no solo por sus implicancias económicas y diplomáticas, sino también por sus posibles impactos ambientales. The Telegraph señala que perforar en el Atlántico Sur, uno de los océanos más salvajes del mundo, podría comprometer las promesas del Reino Unido de reducir emisiones.
Además, Navitas Petroleum LP, la empresa israelí a cargo del proyecto, ya había sido sancionada en 2022 por operar en la plataforma continental argentina sin la autorización necesaria.
Con las elecciones británicas programadas para el 4 de julio, el Partido Laborista, liderado por Keir Starmer, promete prohibir nuevas exploraciones de petróleo y gas en aguas británicas, aunque esta prohibición no afectaría a Malvinas. David Lammy, portavoz de Asuntos Exteriores del partido, declaró recientemente que un gobierno laborista no estaría dispuesto a negociar la soberanía de las islas con Argentina, aunque sí buscaría un diálogo sobre asuntos de interés bilateral.
La consulta popular en Malvinas sobre la explotación petrolera por parte de Navitas Petroleum genera preocupación en Argentina y pone en evidencia las complejas dinámicas diplomáticas y económicas en torno al archipiélago. Mientras la población implantada considera las oportunidades económicas, Argentina sigue en su reclamo de soberanía, y la comunidad internacional observa el desenlace de una nueva controversia en el Atlántico Sur.