La Argentina y China firmaron hoy los protocolos de carne bovina para la inclusión de carne enfriada, con y sin hueso, y congelada con hueso, y de productos pancreáticos para uso industrial, informó hoy la Embajada de Argentina en Beijing.
La rúbrica tuvo lugar en la sede de la Administración General de Aduanas de la República Popular China, y contó con la presencia del Ministro de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, y del embajador argentino, Diego Guelar, según informó la embajada argentina.
La representación diplomática destacó a través de un comunicado que «el evento constituye un hecho histórico que concluye más de 15 años de negociaciones y permitirá multiplicar las ventas de carne bovina de la Argentina».
“Me toca encabezar el proyecto de reconvertir al viejo ministerio de Agricultura en un moderno ministerio de Agroindustria con capacidad para conducir al Estado y a los particulares en la tarea de agregar valor a nuestros productos de la tierra, el mar y los ríos argentinos”, dijo hoy el ministro de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere.
Al firmar este protocolo, junto al embajador Diego Guelar, Etchevehere afirmó que “China es un aliado estratégico tanto en su capacidad de invertir como de comprar productos argentinos”.
El embajador Guelar sostuvo que “claramente, el mercado chino hoy está abierto a las exportaciones argentinas. Sólo quedan pendientes los protocolos para miel y cerezas, en los cuales estamos trabajando intensamente. Si bien no tenemos Tratado de Libre Comercio con China, el nivel de los aranceles es muy bajo y se encuentra totalmente resuelto el sistema de distribución y comercialización interno».
La ampliación de los protocolos sanitarios, llenó de optimismo a los empresarios de la industria frigorífica quienes, de todos modos, ahora dudan si habrá suficiente hacienda para atender la nueva demanda que surja desde el gigante asiático.
Esto permitirá, a juicio de los empresarios frigoríficos, vender mucho más que brazuelo y garrón, los dos cortes más demandados actualmente por los importadores de ese país. Esos cortes se vendían bajo la categoría «congelada sin hueso» y así mismo representaban el 50% de las exportaciones totales de carne argentina.
La delegación oficial que llegó a este acuerdo coincidió con la realización de la muestra alimenticia SIAL en la ciudad de Shangai, donde más de treinta empresas argentinas coordinadas por el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva) están intentando cerrar nuevos negocios.
«Si hay hacienda suficiente nos va a ir muy bien, y a los productores también», evaluó Hugo Borrel, del frigorífico Arrebeef, expresando el temor de que la demanda china pueda crecer tanto que supere la oferta disponible de ganado en la Argentina, donde hay un stock bovino de poco más de 53 millones de cabezas, y se alcanzan niveles de faena de unos 12 millones de ejemplares cada año.
En rigor, la participación de China en las exportaciones de carne bovina de la Argentina pasó de un 1% en 2012, a 15% en 2014, 35% en 2016 y 46% en 2017.
«Todo hace suponer que en el corriente año China representará más de la mitad de las exportaciones de carne bovina», indicó un informe del Ipcva.
Las importaciones chinas de carne bovina crecieron un 47% en los últimos dos años, pasando de 467.000 toneladas en 2015 a 690.000 en 2017. El valor de estas compras también saltó de US$ 2.270 millones en 2015 a cerca de US$ 3.000 millones el último año.
De ese total, la Argentina, su cuarto proveedor en volumen, le exportó unas 96.000 toneladas de cortes desosados y congelados por algo más de US$ 400 millones, lo que ubicó a la Argentina por lejos como principal cliente de los frigoríficos nacionales.
Impactados y optimistas por la mayor apertura de ese mercado que se logró con estos nuevos protocolos, ahora los empresarios presentes en Shangai están replanteando su estrategia para intentar vender cortes de mayor calidad y precio que los vendidos hasta el momento.
«Ya estamos trabajando en eso», aseguró Mario Ravettino, vicepresidente del IPCVA por la industria. «Hay que posicionar a la carne argentina como un producto de alta calidad», coincidió Carlos Riusech, del frigorífico Gorina, quien advirtió que «el mercado chino es volumétrico, compran todo».