La empresa anunció un nuevo plan de retiros voluntarios para reducir su plantilla y déficit operativo. Si bien con la medida buscan mejorar la competitividad, se trata de la preparación para una eventual venta, con condiciones más favorables.
En el marco de un pretendido plan de reestructuración, Aerolíneas Argentinas anunció la implementación de un nuevo plan de retiros voluntarios. Esta medida, comunicada internamente a sus empleados, representa el segundo programa de este tipo en lo que va del año. El primero, iniciado en marzo, contó con la participación de 200 colaboradores. En esta ocasión, la compañía espera que al menos 500 empleados se adhieran al plan.
La decisión se enmarca en un esfuerzo por mejorar la competitividad y atractivo de la empresa, con miras a una eventual venta, según confirmaron fuentes internas. «Todas las medidas se toman para que la compañía sea más atractiva para un eventual comprador, más allá de que hoy no contemos con el instrumento formal de venta», indicaron. El objetivo es alinear a la aerolínea de bandera con los estándares económicos y laborales de la industria, más bajos.
A principios de año, Aerolíneas Argentinas contaba con una plantilla de aproximadamente 12,000 empleados. Hasta la fecha, la empresa ha reducido su personal en 500 trabajadores y, con el nuevo programa de retiros, espera desvincular a otros 500. Esta estrategia busca reducir el déficit operativo de la compañía, que en 2023 ascendió a 390 millones de dólares, a 150 millones de dólares para 2024.
El nuevo plan de retiros voluntarios ofrece condiciones más favorables que el anterior, tanto en términos de montos como de plazos de pago. El programa anterior contemplaba pagos mensuales equivalentes al 50% de los años de antigüedad del empleado al momento de la firma, ajustados según los incrementos salariales acordados con la empresa. En cambio, el nuevo plan prevé un repago de los costos del retiro en un plazo de 12 meses.
La semana pasada, el Gobierno oficializó la reestructuración del Código Aeronáutico, buscando brindar mayor competitividad al sector e implementar la política de Cielos Abiertos en Argentina. Esta medida, publicada en el Boletín Oficial, generó preocupación entre los gremios del sector, que advirtieron sobre el atraso salarial en la industria.
La Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) había anunciado cancelaciones de vuelos para el inicio de las vacaciones de invierno como respuesta a la reestructuración. Sin embargo, la medida fue desactivada tras una conciliación obligatoria dictada por la Secretaría de Trabajo y Empleo de la Nación.
Aerolíneas Argentinas ha estado realizando ajustes significativos en sus operaciones para mejorar la eficiencia. A fines de abril, la empresa anunció un recorte del 20% en sus vuelos de cabotaje a partir de mayo, en relación a las rutas domésticas de 2023. Esta decisión, según la compañía, fue puramente comercial y buscaba adaptar la oferta a la demanda proyectada durante la temporada baja.
Aunque no se ha divulgado el listado de rutas afectadas, la empresa aseguró que el impacto sería mínimo para las provincias. No obstante, de cara a la temporada invernal, algunas de estas rutas han sido reactivadas. El 1 de julio, Aerolíneas comenzó a operar una nueva ruta directa entre Córdoba y San Pablo, Brasil, con dos vuelos semanales.
En abril, Fabián Lombardo, CEO de Aerolíneas Argentinas, envió una carta a sus empleados en la que anticipaba decisiones difíciles para abordar los problemas estructurales de la compañía y reducir su déficit operativo. Aunque Aerolíneas ya no está en la lista de compañías públicas a privatizar, según la Ley Bases aprobada por el Congreso en junio, la empresa sigue enfocada en estabilizar sus cuentas.
Lombardo asumió la presidencia de Aerolíneas Argentinas con el Gobierno de Javier Milei, tras haber sido el director comercial de la aerolínea.
