Por Silvana Minue-Un adolescente, residente del Barrio «El Valle de Andorra», Lucas Santiago Zárate, pensó e ideó que el próximo Centro Recreativo en plena ejecución pase a llamarse Andrés «Pirincho» Borrego en honor al querido vecino de la zona fallecido en el año 2017.
Así se generó una junta de firmas virtual a través de la plataforma changue.org para que el resto de la comunidad pueda acompañar el proyecto que será remitido a concejales de la ciudad de Ushuaia.
En declaraciones a TIEMPO FUEGUINO, Carina Borrego destacó la iniciativa al recordar cuando la madre del Joven Lucas le comentó la idea del homenaje. «Nos quedamos emocionados porque a más de un año del deceso de mi papá todavía genera estas cosas. Inmediatamente se lo dije a toda la familia y quedamos de acuerdo. Así que le dimos para adelante en movilizar a las demás personas», relató la hija.
«Lujan, me comenta que Lucas conoció a mi papá cuando era pequeño en el quincho donde se inició la posta sanitaria, y esa presencia lo dejo marcado en él y eso fue fabuloso», expresó.
«Mi papá sigue conmigo y en cada paso que doy como así también en la de mis hermanas. Él fue una persona muy solidaria, ha estado presente en nosotras y así también con los vecinos de andorra», dijo.
«Él nos comentaba lo que hacía o lo que consiguió para el barrio y nos enterábamos por el pero otras veces no. Algo que me entere, por las chicas de la posta sanitaria que me dijeron que lo extrañan ya que pasaba todas las mañanas a visitarlas y tomaba algunos mates y les dejaba facturas, les preguntaba que necesitaban si faltaba algo se los llevaba, luego seguía su recorrido, así fue con todos. Hasta hoy personas nos encuentra y nos cuenta como fue ayuda, cosas que no sabíamos», dijo sobre alguna anécdota.
«Hasta el doctor Batule lo recordaba con mucho afecto dado que él se ponía al hombro muchas de las cosas que necesitaba. La única tarjeta que usaba mi papá era la TDF sin límites que usaba para comprar lo que se requería, él era muy solidario», relato Borrego sobre las acciones que recuerda a favor del desarrollo de Andorra como la colocación de cloacas, con una red de agua abastecimiento a muchas familias.
La solidaridad y conciencia vecinal parecen tópica en una sociedad capitalista e individualista, pero bastan ejemplos como lo fue Don Borrego para crear más lazos. «Hay mucha gente solidaria con sensibilidad social que no buscan reconocimiento. Necesitamos estar más atentos, no solo mirar adelante, sino mirando a los costados a la gente que queda atrás. En estos tiempos difíciles se pierde el valor de la palabra, falta transmitir eso a los jóvenes, y los adultos debe hacerlo, preguntar que se necesita o empujar a un auto que se queda parado en la calle con una familia adentro, esas acciones y más deben salir naturalmente, deberíamos ser solidario por naturaleza», aconsejó Borrego.
¿Quién fue Andrés Higinio Borrego?
«Don Andrés Higinio Borrego» fue una persona que aporto al desarrollo y al crecimiento del Valle de Andorra, siendo decisiva su intervención como nexo entre los vecinos, organizaciones sociales e instituciones públicas.
Nació en el pueblo de Vera, Santa Fe el 27 de noviembre de 1945. Hermano mayor de 4 hermanos. De familia humilde, había que salir a ganarse el pan y eso hizo, dejo la casa familiar de chico, a los 14 años.
Vino a Ushuaia destinado por el servicio militar y aquí se quedó. Trabajó en las Lanchas rápidas de la Base Naval, fue panadero, también trabajo en Pet&Vine, en la AGP, Administración general aeroportuaria, dónde hizo grandes amistades que lo acompañarían y recordarían de por vida.
Fue corredor de autos, corrió en la vieja pista del aeropuerto de Ushuaia, como en varios circuitos locales, luego fue buscado por sus jaulas antivuelco y chapones, y así ganó más amistades de reconocidos deportistas.
Se casó con doña Norma Castanino, tuvieron 3 hijas, Andrea, Viviana y Carina, 11 nietos y dos bisnietos.
También fue herrero artesanal de la calle María Sánchez de Caballero, junto a su aprendiz, «el Negro» Martínez, realizaron infinidad de creaciones como bicicletas con esquíes y salamandras.
Con los años se fue a vivir al Valle de Andorra, dónde traslado su herrería. «Un hombre vital, vencido por años de trabajo a la intemperie, perdió parte de los miembros de su mano derecha, y, así y todo, siguió trabajando y viviendo sólo en su casita», expresaron sus familiares. En Andorra artículo y garantizó de su bolsillo la adquisición y tendido de mangueras, tomando agua del arroyo Buena Esperanza para unas 20 familias, él junto a amigos y vecinos lo hicieron posible. Cedió su Quincho familiar para la atención primaria de salud a niños y demás vecinos, dando inició a la Posta Sanitaria.
A metros de su quinta, se emplaza un espacio recreativo que llevará al Valle a generar amistades, encuentros y sensaciones que era el modo de sentir de Andrés Borrego.
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