La ingeniera *Alejandra Portatadino explicó cómo funciona actualmente el sistema de aislamiento que quieren implementar para la Argentina, y lo que significa la apertura del Canal Sur de Magdalena para lograr la soberanía de nuestras vías fluviales hacia el Atlántico.
Romper los aislamientos nos da LIBERTAD y SOBERANÍA ¿pero realmente queremos?
Una política de sometimiento y control de 150 años del Reino Unido y empresas transnacionales dominando el comercio marítimo, y las riquezas de Argentina, evadiendo impuestos y contrabandeando, debilitando así nuestras arcas y tesoro nacional.
Desde 1810 el intento del control soberano de los ríos Paraná y Uruguay comenzó a perjudicar los llamados “intereses comerciales” de España, Francia y del Reino Unido en la cuenca del Río de la Plata, ya que estos llamados “intereses comerciales” en realidad representaban el contrabando y la evasión de impuestos a nuestro país, (conocido es el apodo de Rosario la Chicago Argentina), que aumentaban significativamente las ganancias y entradas para el tesoro de esos países en detrimento de Argentina que a su vez era endeudada por empréstitos de la banca Británica. La misma política endeudamiento y sometimiento que se aplica en Argentina hoy en día.
Endeudada en ese entonces por la Banca Baring, en la década de 1820 Buenos Aires se veía sometida al pago de obligaciones de la deuda pública, que en su mayor parte estaba en manos de acreedores británicos. Mediante el endeudamiento y dificultar la recaudación para poder pagar las deudas, esas potencias intentaban obligar a la Argentina y al Uruguay a abandonar el ejercicio soberano de sus ríos interiores y permitirles al Reino Unido, Francia y España a comerciar libremente a través de ellos sin ningún control, para que los minerales saqueados del Potosí llegaran a sus países libres de impuestos y controles aduaneros, y a su vez traer sus productos de igual manera destruyendo todo intento de industrialización de nuestros territorios.
Ante el esfuerzo de Argentina por no perder el control de sus ríos para evitar el contrabando y la evasión de impuestos, se realiza el Bloqueo anglo-francés al Río de la Plata llamada la Guerra del Paraná se desarrolló entre agosto de 1845 y agosto de 1850, donde las escuadras británica y francesa cerraron al comercio todos los puertos de Argentina y del Uruguay, con excepción del de Montevideo (observar este detalle) que hoy se quiere repetir, por otros medios, como es el control de los Rios Paraná, Uruguay y del Plata, ya lo reportaba nuestro querido prócer el Alte. Guillermo Brown en un parte sobre el bloqueo del Rio de la Plata que «tal agravio demandaba imperiosamente el sacrificio de la vida con honor,» ese honor que parece hemos olvidado o perdido.
Con el bloqueo, con el gobierno sin capacidad de recaudar, finalmente se vio obligado a suspender el pago de la deuda externa los que hoy se conoce como (Default inducido, asfixiar económica a un país para apropiarse de sus recursos), lo que para el Reino Unido ya justificaba la intervención en nuestros ríos y exigir la apertura a la libre navegación sin ningún control argentino, acción que era promovida por los comerciantes y representantes británicos radicados en Buenos Aires como sus socios del Reino Unido que eran los mercaderes, banqueros y tratantes de Liverpool, Londres y Manchester. A tal punto llegó la presión que el canciller nombrado en 1841, Lord Aberdeen, escribió que iba a sentirse muy feliz contribuyendo por cualquier medio a su alcance a la obtención de la libre navegación del Río de la Plata, o de cualquier otro río del mundo.
Por eso queridos lectores, lo ante escrito nos permite discernir que esa política de endeudar y no dejar recaudar para poder pagar la deuda asumida, es una acción histórica y que hoy todavía utilizan hoy en día para apropiarse de los recursos minerales y naturales de nuestra querida Argentina , y, que también, como lo demuestra la historia, solo es posible llevarla a cabo por la acción de propios gobernantes y funcionarios argentinos peleles o peor corruptos solo preocupados en la avaricia personal que son muy fáciles de identificar pero paradojas de una política denigrada muy difícil de desplazar y que se repiten tristemente desde nuestra independencia (si la podemos llamar así) hasta hoy en día
Esta pequeña introducción es para acercar al lector los antecedentes de que no es algo nuevo estas acciones para endeudar e impedir recaudar a la Argentina, y es ahí donde cobran fuerzas la importancia de recordar y analizar nuestra historia para poder construir un mejor futuro.
¿Qué está sucediendo hoy en día?
Tenemos que remontarnos al año 1989 donde la estrategia pergeñada entre gallos y medias noches por el consenso de Washington en donde se diseñó el plan estratégico de sumisión de nuestro país a las empresas multinacionales, dejando a nuestros gobiernos en un triste papel con débil poder de decisión y capacidad para disponer de manera sostenible nuestros recursos naturales y minerales, destruyendo así toda posibilidad de industrializar la Argentina.
Tuvimos una bocanada de desarrollo y poder comenzar a romper con esos acuerdos espurios con la asunción de Néstor Kirchner a la presidencia en el 2003 y con la presidenta Cristina Fernández hasta el 2015. Lamentablemente con una feroz campaña llevada adelante por medios de comunicación que pertenecen a esos grupos económicos extranjeros, y el llamado lawfare (guerra jurídica) mediante un poder judicial degradado, pudieron nuevamente endeudar la Argentina y recomenzar a dominar ese “libre comercio” basado en el contrabando de cereales y evasión de impuestos que implica el viejo anhelo de las potencias de recuperar el control de los ríos Paraná, Uruguay y Río de la Plata, obviamente ayudados por esa clase política corrupta y degradada que traicionaba su patria en pos de prebendas y favores personales.
¿Cuál es la estrategia para convertir a Argentina en un país mediterráneo?
La misma que se intenta aplicar en Tierra del Fuego centro político y comercial de las Islas del Atlántico Sur y la Antártida, donde tenemos el puerto más cercano del mundo, dejar a nuestra provincia aislada de las vías de acceso propias terrestres y marítimas y con eso controlar el comercio, el contrabando y a evasión de impuestos, ¿Por qué el ejemplo de Tierra del Fuego? Porque el transporte en camión es mucho más oneroso y nos hace perder el ingresos de muchos millones de pesos en impuestos que pueden ser volcados en vivienda, salud y empleo genuino. Para tener una idea el costo de un contenedor de 20 pies en el año 2018 era en camión de US$ 8.000.- contra US$ 2.000 que salía en buque.
Como funciona actualmente el sistema de aislamiento que quieren implementar para la Argentina, y lo que significa la apertura del Canal Sur de Magdalena para lograr la soberanía de nuestras vías fluviales hacia el Atlántico, bien lo está explicando, y resulta necesario escuchar los argumentos que esgrime el Ingeniero Naval Horacio Tettamanti, colega y amigo, ex profesor de Ingeniería naval de la Universidad de Buenos Aires y del Instituto Tecnológico Buenos Aires, que fuera cofundador de astilleros API y un impulsor de los astilleros en la Patagonia durante el Gobierno de Néstor Kirchner que fuera sub secretario de puertos y vías navegables en el gobierno de Cristina Fernández, considerado una de las personas eruditas en este tema.
Para eso tenemos que conocer como fueguinos que sucede hoy con un buque que parte de Ushuaia hacia Buenos Aires o cualquier buque que quiera entrar o salir del Puerto de Buenos Aires
Primeramente es necesario observar atentamente el mapa que , mostramos en esta publicación, donde los buques provenientes del sur tienen que desplazarse al norte del Rio del Plata frente a Montevideo en la llamada zona alfa, luego esperar hasta 12 días el permiso y turno para entrar por el canal Punta de Indio, luego sube un práctico Uruguayo para guiar las embarcaciones por dicho canal (todo este proceso no es gratis, las empresas navieras lo tienen que pagar, por lo que a los costos de la demora se suman estos importes aumentando los costos del flete), pero a su vez el Canal Punta de Indio es angosto y unidireccional, donde dos buques no pueden salir ni entrar al mismo tiempo, tienen que pasar de a uno, y luego tienen que hacer una nueva parada en el sector Argentino del Rio, donde sube un nueva práctico, con nueva espera, todos esos costos de combustible, prácticos tiempo de espera, si o si tener que pasar por Uruguay quién decide los tiempos de espera y paso de cada buque sobre el Río de la Plata, es la pérdida de soberanía lograda por las empresas multinacionales y el Reino Unido, y como frutilla del postre el dragado lo mantenemos los argentinos, con la dificultad que al ser transversal el canal a los ríos Paraná y Uruguay todos los sedimentos se acumulan en el canal lo que su mantenimiento para lograr el calado de 34 pies necesario es mucho más oneroso que el que sería el canal Sur de Magdalena, donde tendríamos una entrada soberana de doble circulación sin necesitar tener permiso de ningún otro país para entrar en nuestros puertos.
Por eso la resistencia que ofrecen algunos funcionarios de turno, que en definitiva no sabemos qué intereses defienden, que seguro no son los argentinos, cuando, defienden el canal punta de indio y las terminales portuarias en manos extranjeras, con el intento de internacional los ríos Paraná, Uruguay y de la Plata dándoles el nombre de “hidrovía” y se oponen enérgicamente al proyecto de la apertura del canal de Magdalena presentado por el Senador Jorge Taiana apoyado por el Ministro del Interior Eduardo “Wado” de Pedro.
Tenemos que observar que la palabra “hidrovía” elimina los nombre Paraná, Uruguay y Río de la Plata, les saca su identidad soberana, los internacionaliza en un vil intento de pasar por la internacionalización y el libre comercio lo que en realidad es contrabando y evasión de impuestos, y tenemos que recordar que los símbolos que implican soberanía lo hicieron ya con los billetes al sacar nuestros próceres, y no los vemos sacando la cara de Washington del dólar y poniendo un loro en su lugar, ni sacar la cara de la reina de la libra esterlina y poniendo una cotorra, y así hacen con nuestros ríos sacarles la identidad de sus nombres. Por favor, ¿tanta cara de estúpidos nos han visto?, parece que sí y no es solamente la cara, porque no reaccionamos, y ante la mirada atónita de los fueguinos hasta pareciera que muchos funcionarios se hacen pis en los calzones por tener teleconferencia con Mark Kent embajador del Reino Unido.
La “internalización” de los Ríos Paraná y Uruguay convirtiéndolos en una “hidrovía” significa el aplicar el plan viejo plan del Reino Unido y las multinacionales de poder tener el control total sobre el contrabando y la evasión de impuestos de la soja, minerales y otras mercaderías que se mueven precisamente en puertos sobre los rios Paraná y de La Plata, que, controlados por estas llamadas transnacionales, gracias a un sistema muy aceitado de corrupción y sobornos, podrán manejar a su antojo el comercio marítimo y fluvial de la región. Convirtiendo a la Argentina en un país donde tristemente nuestra bandera celeste y blanca la dejarán flamear como una bandera de cortesía y un falso sentimiento de soberanía, mientras el real poder y control lo ostenta el Reino Unido, las empresas multinacionales y la llamada banca internacional.
*Alejandra Portatadino es Ingeniera Mecánica, Miembro de Ingeniería sin Fronteras Argentina, del ASME Sociedad Americana de Ingenieros Mecánicos, CAI Centro Argentino de Ingenieros, profesora post Grado UTN Buenos Aires, Presidenta de FIPCA Filial Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, consejera observatorio cuestión Malvinas Provincia de Tierra del Fuego Antártida e islas del Atlántico Sur.