Por Elias García.-
En el marco de la manifestación a nivel nacional, denominada #17A, en Río Grande se autoconvocaron unos 20 vecinos ayer por la tarde, en reclamo al proyecto de la reforma de la Justicia Federal, del presidente de la Nación, Alberto Fernández.
También hubo algunas críticas aisladas en relación a la apertura de comercios (actividad habilitada para trabajar con envíos a domicilio, el último domingo, por el gobernador Gustavo Melella) y las medidas llevadas adelante por el Ministerio de Salud de la provincia.
Acompañados por banderas argentinas y cacerolas, los manifestantes dialogaron con los medios de comunicación presentes y luego cedieron en sus intenciones ante el arribo del personal policial.
“Nos movilizamos por la justicia, no se puede movilizar la justicia en plena época de pandemia. Tenemos que reclamar por una justicia actual que funcione. También venimos para que abran los comercios; somos pocos hoy, pero somos muchas más, algunos no se animan por el virus”, expresó una de las manifestantes.
Otra de las vecinas autoconvocadas fundamentó su asistencia ante el desacuerdo “por llevar adelante esta impunidad, la reforma judicial en todo nivel”. “No adhiero al comunismo, el capitalismo tiene sus errores pero se puede regular. Se está avanzando sobre la propiedad empobreciendo a todo el pueblo. Adhiero a una República, a una división de poderes”, aseguró.
Entre otro de los testimonios, una de las presentes sostuvo que “es muy sospechosa toda esta reforma que se pretende hacer para salvar a Cristina Kirchner, no es que no se tenga que reformar pero debe hacerse con el Congreso en plenas funciones”.
Por último, otra vecina que llegó a la Plaza de las Américas consideró que es “un espanto” la situación sanitaria de la provincia. “Por eso estamos como estamos. No testearon ni hisoparon a nadie. Obviamente se podría haber evitado. Acá no teníamos nada, podríamos haber seguido sin tener nada. Es una reforma acomodada para que los corruptos sigan afuera”, argumentó.
La presencia del personal policial posterior al inicio de la convocatoria hizo desistir de la continuidad de la convocatoria a los manifestantes, a quienes se les solicitó que regresen a sus domicilios en plena vigencia de la cuarentena obligatoria en la ciudad de Río Grande; no sin antes emitir su rechazo a la presencia de los efectivos, amparados en la “democracia” y el “derecho a decir lo que no gusta”.
