Héctor Galván comentó que, “la notificación o timbre interrumpe lo que estamos haciendo y nos obliga a prestarle atención. Esto hace que a menudo lo asociemos con una exigencia, petición o noticia, por eso es probable que muchas personas acaben percibiendo el sonido del móvil como algo molesto y desagradable».
Las notificaciones son agentes externos que nos requieren constantemente y no tenemos paciencia, nos colapsamos enseguida y ponemos el modo silencio.
Galván ve indiferente el tipo de notificación que te molesta y define el verdadero problema: «Sí es cierto que el sonido puede alterarnos más, dado que la melodía suele ser más larga y molesta. Sin embargo, ambas cosas nos distraen y nos hacen llevar la atención al teléfono. La molestia no procede tanto del sonido como de la ‘demanda’ por parte de algo o alguien».
Marc Masip lo atribuye al número de notificaciones: «Los jóvenes quizás lo lleven silenciado ya que tienen mucha más mensajería y el sonido constante se hace molesto. El teléfono convencional no tiene silenciador, mientras que el smartphone actual suena cada 3 minutos, suerte que lo llevan silenciado».
«Solemos mirar la pantalla de nuestro teléfono móvil constantemente en búsqueda de algún estímulo, ‘recompensa’ inmediata o novedad», explicó Galván.
«Si tenemos activado el sonido de nuestro móvil, es muy probable que acudamos a él cada vez que éste suene. Sin embargo, sin estar el sonido activado, es también seguro que en pocos minutos revisaremos nuestra pantalla de inicio, trayendo consecuencias como la falta de atención en nuestras tareas y la dependencia a nuestro dispositivo», agregó.