Finalizada la campaña de comunicación, los conductores de la ciudad deberán cumplir con la ordenanza sancionada el 26 de marzo pasado, que prohíbe conducir cualquier tipo de vehículos con un volumen de alcoholemia superior a cero gramos por un mil centímetros cúbicos de sangre.
Además por la modificación de la Ordenanza 2859, se penaliza con una multa de 750 unidades punitorias a todo aquel conductor que se niegue a realizarse la prueba de alcoholemia, más la inhabilitación para conducir todo tipo de vehículos por 120 días.
Las 750 unidades punitorias equivalen a un valor cercano a 14 tanques y medio de nafta, teniendo en cuenta el último aumento de la nafta especial, lo que da como resultado un valor de $18750 aproximadamente. El valor de las unidades punitorias se actualiza cada 6 meses.
Según una disposición del tribunal de faltas, aquellos que asuman haber conducido con alcohol, pueden tener una quita del 25% en la penalidad.
Si bien ha disminuido la cantidad de conductores con alcohol en sangre, aquellos conductores a los que se les hizo la prueba demostraron tener valores muy por arriba del 0.5.