El presidente Mauricio Macri al valorar como positivo el acuerdo con el FMI, advirtió que «el despilfarro y la corrupción jamás pueden ayudar a crecer a un país”, y aseguró que “hubo un apoyo único en la historia no sólo de Argentina sino del Fondo», en entrevistas concedidas durante la cumbre del G7 en Canadá y que publican hoy los diarios La Nación y Clarín.
«Esto que se ha logrado, que es algo inédito en nuestra historia en términos de apoyo mundial, en cantidad de dinero y en la flexibilidad y el acompañamiento del plan por parte de los argentinos- es una oportunidad para que la Argentina consolide un camino de crecimiento y desarrollo», apuntó.
«El peronismo sabe que no hay lugar para la locura», puntualizó además y señaló que en el mundo «nadie discute que Argentina es una potencia futura si hace las cosas que tiene que hacer». Pero consideró que para eso lo que se requiere es «responsabilidad de toda la dirigencia argentina, en la que el Estado no puede gastar más de los ingresos».
En este sentido, señaló que se trata de «una discusión que se tiene que dar en los próximos meses entre todos los dirigentes de la política, el empresariado, las universidades y los gremios».
A todos esos sectores, Macri les pidió «tener una sensatez que no hemos tenido en 70 años porque está en juego el futuro de los argentinos. El despilfarro y la corrupción jamás pueden ayudar a crecer a un país. Estamos buscando que se acabe el despilfarro, la corrupción y los privilegios mal habidos. Eso va a potenciar el crecimiento», puntualizó.
«La Argentina de la equidad macroeconómica, es imparable», remarcó el jefe del Estado al asegurar que será «el país que más va a crecer en los próximos 20 años».
Macri señaló que la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, con quien se reunió el sábado, le dijo que «todos los accionistas» del organismo financiero «se habían manifestado públicamente en favor de apoyar» al país.
Lagarde «estaba fascinada con la calidad del equipo de Argentina, tanto de Hacienda como del Banco Central», aseguró. Dijo que se propuso al FMI un «proceso de aceleramiento (del acuerdo) que ellos aceptaron» y de ahí salió «esta propuesta que sorprendió al mundo entero y a los argentinos que opinaban» en forma escéptica.
Macri insistió en debatir los problemas del país «con la verdad sobre la mesa» en vez de seguir «engañando a la gente diciendo que hay soluciones mágicas». «Si queremos acelerar ese crecimiento, tenemos que tener una política con la que se pueda vivir con lo que tenemos. Además, necesitamos bajar los impuestos, porque los argentinos están pagando impuestos por demás, y eso hace que crezcamos menos», resumió.
«No hay otro camino hacia el progreso que el que estamos recorriendo, que es integrar a la Argentina al mundo, tener un gobierno que combata la corrupción, el narcotráfico, que apoye la libertad de expresión, que apoye el acceso a la información para que la ciudadanía pueda saber qué se hace con sus recursos», expresó.
Acerca de la actitud que tomará el peronismo, consideró que esa fuerza de la oposición «ya se ha dado cuenta de que ha hecho mucho daño en el último gobierno y no hay más lugar para la locura, para la demagogia, la mentira».
En este sentido, pidió seguir el ejemplo «de la gente común, que se levanta a las 6 de la mañana» y «trabaja todos los días». «En el presupuesto público no puede haber más privilegios de gente que no trabaja, que se jubila mucho antes, que cobra por cosas que no existen», aseguró.
«La gente común nos pide que tengamos una sociedad donde domine la cultura del trabajo, la superación personal, que no va más ese que encuentra un atajo, el que se acomoda con un político y se salva. No: se salva el que trabaja más y mejor», concluyó.