El jefe de Gabinete municipal analizó los efectos de la caída en la
recaudación, la paralización de obras y la presión inflacionaria.
Destacó la necesidad de estrategias locales ante la falta de
apoyo nacional y el riesgo de mayor desigualdad.
En una entrevista con FM Master’s, Sebastián Iriarte, jefe de Gabinete
de la Municipalidad de Ushuaia, expuso con crudeza los desafíos que
enfrenta la ciudad ante el actual escenario económico nacional.
Con un tono preocupado pero técnico, detalló cómo la caída en la
recaudación, la inflación persistente y el recorte de fondos federales
obligan al municipio a replantear sus prioridades. «Estamos
empezando a simular escenarios porque entendemos que la
situación se va a poner cada vez más compleja», afirmó, citando
las declaraciones recientes del ministro de Economía nacional.
Iriarte señaló que el 84% de los ingresos municipales dependen de la
coparticipación, mientras que el 16% restante proviene de recursos
propios, insuficientes para compensar el vacío dejado por el Gobierno
nacional. «Tenemos obras comprometidas con contratos firmados
por cerca de 50.000 millones de pesos que todavía están
pendientes de financiamiento», explicó. Entre ellas, mencionó varios
proyectos importantes que «cambian la calidad de vida de la gente»
pero que hoy están en riesgo.
Un caso emblemático es la obra de ingreso a la ciudad, cuyo
financiamiento nacional fue discontinuado. «El intendente (Walter
Vuoto) tomó la decisión de avanzar con recursos propios», relató
Iriarte, aunque admitió que no todas las iniciativas pueden resolverse de
igual manera. La pasarela peatonal, con fondos internacionales
bloqueados, es otro ejemplo de la incertidumbre: «Probablemente lo
terminemos resolviendo por administración».
El funcionario enfatizó que el área de Hábitat es la más tensionada, con
alquileres que escalan al ritmo de la inflación mientras los salarios se
licúan. «Este plan que propone el Gobierno nacional de
motosierra y licuadora termina impactando en el bolsillo del
vecino común», afirmó, vinculando la crisis habitacional con el
aumento de usurpaciones. «Los intentos de ocupación ilegal son
recurrentes, especialmente en zonas altas de la ciudad, donde ya
hay asentamientos consolidados», describió, aludiendo a la dificultad
de revertir estos procesos sin inversión en infraestructura básica.
Consultado sobre el vínculo con el Gobierno nacional, Iriarte fue claro:
«El diálogo nunca deja de estar, pero llegan momentos en que
más que diálogos se necesitan firmas para liberar fondos».
Mencionó gestiones con el gobernador Gustavo Melella para sostener
obras clave, aunque destacó que la falta de claridad en los contratos
vigentes complica el panorama. «Hay una inacción y falta de
definición sobre cómo seguir con los compromisos», sostuvo,
citando el caso del Procrear, un fideicomiso eliminado que dejó en el
limbo a proyectos de vivienda.
Frente a este contexto, Iriarte enumeró las prioridades inmediatas: la
recuperación vial, con una planta de asfalto municipal ya operativa, el
operativo invernal, que consume casi un mes de coparticipación, y el
impulso a la producción local, como la planta de faena y el tratamiento
de productos de mar. «Tratamos de hacer fuertes nuestras
fortalezas como ciudad en un momento desafiante para el país»,
resumió.
Al ser consultado sobre el escenario electoral 2025, Iriarte evitó
profundizar en disputas
internas, pero defendió la necesidad de un frente amplio que ofrezca
una alternativa al modelo nacional. «Hay que proponer algo claro:
una forma distinta de acomodar la economía sin dejar afuera a
tanta gente», concluyó, en una alusión indirecta a las políticas de La
Libertad Avanza.