El proyecto busca duplicar las exportaciones de petróleo no convencional. Con la construcción de infraestructura clave, se espera generar ingresos significativos y posicionar a Argentina como líder en el mercado energético global.
Las siete principales petroleras que operan en Argentina acordaron iniciar de inmediato el proyecto Vaca Muerta Sur (Vmos), una de las iniciativas más ambiciosas del sector energético en los últimos años.
El proyecto, liderado por la empresa estatal YPF en colaboración con Pan American Energy (PAE), Vista Energy, Pampa Energía, Chevron, Pluspetrol y Shell, busca construir la infraestructura necesaria para duplicar las exportaciones de petróleo no convencional, con una inversión cercana a los 3.000 millones de dólares.
El acuerdo, firmado por los CEO de las empresas participantes el pasado jueves en la Torre YPF de Puerto Madero, marca el inicio formal de una obra de infraestructura crucial para el transporte de petróleo desde la cuenca neuquina hacia los mercados internacionales.
Entre los presentes en la firma estuvieron Gerald Free, gerente de Planificación y Finanzas para LATAM de Chevron; Adrián Vila, gerente general de Pluspetrol Argentina; Germán Burmeister, presidente de Shell Argentina, Chile y Uruguay; Horacio Marín, presidente y CEO de YPF; Miguel Galuccio, presidente y CEO de Vista; Marcelo Mindlin, presidente de Pampa Energía, y Daniel Ciaffone, vicepresidente de PAE.
El proyecto Vmos, ingresado al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI), es la primera propuesta de desarrollo del sector oil & gas que forma parte de este régimen y la que, hasta el momento, implica el mayor desembolso económico.
Se espera que la construcción de la infraestructura permita un incremento significativo de la producción y exportación de petróleo no convencional, posicionando a la Argentina como un actor relevante en los mercados internacionales. “Es la primera vez en mucho tiempo que se va a abrir el mercado de préstamos sindicados para el sector privado en la Argentina. Un paso adicional a las colocaciones de obligaciones negociables”, mencionó una fuente de YPF.
El proyecto contempla la construcción de un oleoducto de 437 kilómetros de extensión, junto a una terminal de carga y descarga con monoboyas interconectadas y una playa de tanques y almacenaje en la zona de Punta Colorada, en Río Negro. Se espera que la obra esté operativa para el cuarto trimestre de 2026.
El diseño del oleoducto permitirá transportar hasta 550.000 barriles por día durante los próximos dos años y medio, con la posibilidad de incrementar esta capacidad a 700.000 barriles diarios en 2028, en caso de ser necesario.
Los accionistas de YPF, Pan American Energy, Vista Energy y Pampa Energía han comprometido aproximadamente 275.000 barriles por día de capacidad, mientras que Chevron, Pluspetrol y Shell, entre otras, tienen la opción de comprometer hasta 230.000 barriles por día adicionales.
El monto total de la inversión será financiado en un 30% por las propias compañías socias, mientras que el 70% restante se buscará financiar mediante fuentes locales e internacionales que se obtendrán en 2025.
El impacto económico de este proyecto no se limita a las empresas involucradas, sino que tiene implicancias cruciales para la economía argentina. Según los directivos de YPF, la concreción de la obra es estratégica para el desarrollo de Vaca Muerta y permitirá un aumento significativo de las exportaciones, lo que podría generar hasta 15.000 millones de dólares anuales en ingresos para el país, con la posibilidad de llegar a más de 20.000 millones de dólares a medida que se vayan expandiendo las capacidades de producción y transporte.
Asimismo, un informe de la consultora PwC dirigido a inversores internacionales señala que, gracias al desarrollo de Vaca Muerta, Argentina podría alcanzar para 2030 un superávit energético de 30.000 millones de dólares, un avance que colocaría al sector energético al nivel de otras fuentes de divisas clave para el país, como es el caso del campo argentino.
El proyecto, por su magnitud y sus potenciales beneficios, se perfila como un hito en el desarrollo de los recursos energéticos no convencionales de la Argentina, y representa una oportunidad estratégica para consolidar a Vaca Muerta como un polo de producción y exportación de hidrocarburos clave para el futuro energético del país.