El juicio oral y público contra Carlos Toledo, acusado del homicidio de Franco Agustín García, comenzó con testimonios y pericias forenses que detallaron las circunstancias violentas del hecho. El debate se centra en los eventos que desencadenaron el crimen.
El juicio por el homicidio de Franco Agustín García, de 21 años, comenzó en el Tribunal de Juicio con la acusación formal contra Carlos Cesar Toledo, de 19 años, señalado como el autor del ataque que resultó en la muerte de García el 12 de octubre del año pasado en la plaza Almirante Brown, de la ciudad de Río Grande.
El fiscal Ariel Pinno, a cargo de la acusación, formuló cargos por homicidio simple, describiendo cómo Toledo presuntamente apuñaló a García en el abdomen con un cuchillo, lo que causó su fallecimiento.
Durante la apertura del juicio, el imputado decidió no declarar en esta instancia, remitiéndose a su declaración previa durante la fase de instrucción.
Tras su negativa, se iniciaron las primeras declaraciones testimoniales, siendo el forense Javier Fernández uno de los testigos clave.
El médico detalló las lesiones que presentaba el cadáver de la víctima, señalando que, además de la puñalada mortal de 9 centímetros de profundidad que perforó el intestino y laceró la vena cava, García presentaba excoriaciones en el rostro, golpes y una fractura en el maxilar, indicando que había sido agredido antes de morir. El forense también señaló la presencia de lesiones defensivas en las manos de la víctima, lo que sugiere que intentó protegerse del ataque.
Fernández concluyó que la puñalada perforó órganos vitales y causó múltiples hemorragias internas que derivaron en un shock hipovolémico, lo que provocó la muerte de García. Según su testimonio, la herida fue mortal y la zona atacada es de extrema vitalidad, reforzando la acusación fiscal de que Toledo fue el responsable del ataque letal.
La hipótesis de la Fiscalía apunta a que García fue agredido por un grupo de jóvenes en las inmediaciones del pasaje Newbery, y que Toledo fue quien infligió la herida mortal. Para sostener esta teoría, durante la primera jornada del juicio se escuchó el testimonio de un joven de 18 años, de apellido Correa, quien ofreció detalles del contexto en el que ocurrió el crimen.
Correa relató que aquel 12 de octubre varios jóvenes se habían reunido en un predio donde antes funcionaba la discoteca Chocolate, cercano al pasaje Jorge Newbery. Según su testimonio, los presentes estaban consumiendo alcohol y muchos portaban cuchillos. El testigo también mencionó una disputa previa entre Toledo y García, derivada de una relación amorosa compartida con una joven llamada Aixa, quien habría sido parte de una discusión que se desató antes de la pelea.
En su declaración, Correa inicialmente afirmó no recordar algunos detalles que había proporcionado durante la instrucción, como haber visto a Toledo y García peleando en el suelo, lo que provocó que el fiscal Pinno solicitara una investigación por falso testimonio.
Sin embargo, el testigo complicó aún más la situación de Toledo al aportar otros detalles reveladores. Primero, indicó que minutos antes del crimen, Toledo lo invitó a pelear con cuchillos. Posteriormente, relató que tras el ataque vio a Toledo retirarse con un cuchillo en la mano.
Correa también declaró que después del hecho Toledo le habría confesado: «Lo apuñalé, me chupa tres huevos», una afirmación que refuerza la hipótesis de que el acusado actuó con premeditación y sin remordimiento.
Además, el joven afirmó que, tras el ataque, ayudó a llevar a la víctima hacia la vereda, intentando trasladarlo a un lugar seguro, pero debido al peso de García no lograron moverlo más allá, momento en el que la Policía llegó al lugar.
El Tribunal de Juicio decidió pasar a un cuarto intermedio, y se espera que este jueves continúe la presentación de pruebas con las declaraciones de peritos e investigadores policiales, que podrían aportar más información sobre el arma utilizada y las circunstancias del crimen.