Para el senador radical, la dificultad en oficiar de enlace entre la provincia y la Nación, se debe a la dura oposición al gobierno nacional que encarna el gobernador Gustavo Melella.
El senador nacional por Tierra del Fuego, Pablo Blanco, de la Unión Cívica Radical (UCR), se pronunció recientemente sobre las dificultades que enfrenta para asumir un hipotético rol de mediador entre la provincia y el gobierno nacional, argumentando que la postura opositora del gobernador Gustavo Melella, asiduo crítico de las políticas de la administración central, complica el diálogo y las gestiones que él intenta encabezar en beneficio de Tierra del Fuego.
Blanco, en FM Master’s, señaló que, a pesar de sus esfuerzos por mantener un canal abierto de comunicación con el gobierno nacional, las tensiones políticas entre el gobernador y la Nación hacen que el proceso sea complicado. “La verdad es que obtener cosas para la provincia con un gobernador que está muy opuesto a las políticas nacionales, muchas veces se hace muy difícil. No es que no lo estemos intentando, pero no es fácil”, afirmó sobre incomprensibles tensiones que impactan negativamente en la obtención de beneficios para la provincia.
El senador también reconoció que, aunque no pertenece al partido del gobierno nacional ni al del provincial, ha intentado gestionar soluciones para Tierra del Fuego desde su rol legislativo. Sin embargo, su capacidad de influencia se ve limitada por la exacerbada postura opositora de Melella. “Yo no logro un canal de entendimiento para que haya un entendimiento entre ambos sectores”, explicó Blanco, dejando en claro que su tarea como puente entre la Nación y la provincia se ve obstaculizada por una irreductible postura política de Gustavo Melella.
Más allá de las dificultades propias de la provincia, Blanco también hizo referencia a la situación interna del espacio político Juntos por el Cambio (JxC). Para el senador fueguino, la coalición opositora no está funcionando de manera cohesiva a nivel nacional. Aunque en algunas provincias donde gobiernan en conjunto hay cierto nivel de coordinación, Blanco subrayó que, en el ámbito nacional, particularmente en el Senado, la unidad de acción se ha debilitado: “Ya no funcionamos como Juntos por el Cambio. Cada partido funciona con su bloque independiente”, sentenció, desnudando la fragmentación interna de JxC y los desafíos que enfrenta la coalición para mantenerse unida en un escenario político cada vez más polarizado.
En cuanto al veto a la Ley de financiamiento de las universidades nacionales, tema que se encuentra en debate en la Cámara de Diputados, Blanco se mostró preocupado por el cambio de postura que ha mostrado el PRO, uno de los principales socios de JxC. Según dijo, el PRO había defendido una postura diferente durante la campaña presidencial en la que ambos partidos fueron aliados. “Veo con preocupación por intereses personales de su presidente del partido este cambio de postura, donde muchos ya se habían manifestado en su momento a favor y sobre todo en la campaña electoral”, declaró, responsabilizando directamente al PRO por la decisión final que tomen sus diputados.
Blanco también fue crítico de ciertos representantes del radicalismo en la Cámara de Diputados, quienes, a su juicio, están anteponiendo sus intereses personales a los principios de la UCR. “El radicalismo en su conjunto tiene una postura clara. Está dentro del ADN de la UCR el apoyo a la educación. Ahora, hay algunos representantes del radicalismo en Diputados que aparentemente hacen caso omiso a la directiva y a la ideología del partido al cual representan”, lamentó el senador, subrayando la preocupación por la falta de coherencia en la actuación de ciertos legisladores radicales y su impacto en la credibilidad del partido.
Finalmente, abordó el futuro de la UCR como fuerza política, sugiriendo que el partido debe posicionarse como una alternativa entre los dos extremos del espectro político. A su juicio, el radicalismo debe buscar alianzas con otros sectores, incluso con miembros del justicialismo que no coinciden con las posturas más extremas del kirchnerismo. En este sentido, Pablo Blanco hizo un llamado a dejar de lado los intereses personales dentro de la UCR para priorizar los intereses del partido como institución: “Si seguimos pensando que los egos personales están por sobre el partido, me parece que no nos va a ir muy bien”, reflexionó.