«Sería una vergüenza que no se dictamine», apuró el titular de UxP, Germán Martínez. Es el segundo triunfo en una semana luego del acuerdo por Jubilaciones. Aún así, esta vez no hubo dictamen único ni grandes consensos como para blindar la ley del Fondo Nacional de Incentivo Docente de un eventual veto de la Rosada. Definición sorpresa en el radicalismo.
El PRO y el radicalismo ensayaron, por separado, distintas estrategias para dilatar el debate, pero la Cámara de Diputados finalmente logró dictaminar la restitución del Fondo Nacional de Incentivo Docente (FONID). No hubo, sin embargo, ni dictamen unificado ni gran acuerdo opositor sobre cómo forzarle la ley a Javier Milei (que ya amenazó con vetarla). Y es que la mayoría opositora que se había logrado articular en torno a algunos temas, como jubilaciones y financiamiento universitario, está en crisis. Las distintas fuerzas de la oposición se miran con desconfianza, con radicales y pichettistas que no quieren quedar «pegados» al kirchnerismo y un peronismo que prioriza la estrategia de confrontación con el gobierno nacional por sobre todas las cosas. La principal fuente de suspicacias, sin embargo, es la interna radical, atravesada por el desperfilamiento identitario y el liderazgo cada vez más débil de Rodrigo de Loredo.
Cuando Milei eliminó, en marzo, vía DNU los fondos que, desde 1998, la Nación aportaba a las provincias para reforzar los salarios docentes, los sindicatos y gobernadores pegaron un grito al cielo. Era la segunda transferencia directa importante – después vendrían más – que el gobierno libertario le retaceaba a las provincias y se terminó volviendo un reclamo que aunó a varios sectores de la oposición. Costó, sin embargo, que llegara al Congreso: el gobierno se resistía con fiereza a reincorporar el FONID y varios gobernadores comenzaron a acordar partidas por su cuenta. El reclamo en defensa de la educación pública terminó, pese a todo, llevando a que el peronismo arribara a un acuerdo con el radicalismo para impulsar los dos temas: financiamiento universitario, por un lado, y FONID, por el otro. El jueves se había dictaminado la actualización de las partidas para las universidades y, ahora, martes, era el turno del FONID.
Cuando llegó el día, sin embargo, la oposición estaba sumida en la desconfianza. El radicalismo, que contaba con un proyecto de prórroga del FONID de Julio Cobos, estaba fragmentado: el cornejismo mendocino – lo más mileisistas de los radicales – quería emitir un dictamen de rechazo, De Loredo quería aplazar la discusión, y Evolución quería sacar dictamen. Los misioneros que responden al gobernador Hugo Passalacqua – cuya provincia está en llamas debido a los reclamos salariales de los estatales – no se veían por ningún lado. El PRO y La Libertad Avanza querían hundir la discusión. Y el peronismo avanzaba con su dictamen que prorrogaba el FONID por cinco años, atento a una posible maniobra del oficialismo para postergar el dictamen en el plenario de comisiones (cuyo emplazamiento se había votado por mayoría en el recinto).
«Sería una vergüenza que hoy no se dictamine. Va en contra del reglamento y sería un pésimo antecedente en una Cámara de Diputados que necesita acuerdos. ¿Es cierto que el Poder Ejecutivo está transfiriendo a través de ATN (Aportes del Tesoro Nacional) los mismos fondos que le sacó a las provincias en concepto FONID?», deslizó, al comienzo del debate, el titular de UxP, Germán Martínez. El diputado de UxP le respondía así a la propuesta del presidente de la comisión de Educación, Alejandro Finocchiaro (PRO), de postergar el dictamen para el 12 de junio. Pero fundamentalmente se anticipaba a un rumor que ya había comenzado a circular en el plenario: que la UCR se plegaría a la estrategia dilatoria y pediría un cuarto intermedio para el 5 de junio.
De Loredo quería evitar a toda costa que se sumara a la sesión del 4 de junio – convocada para tratar cambios en la fórmula de movilidad jubilatoria – los proyectos de financiamiento universitario y de prórroga del FONID. En el primer caso porque la noche anterior los rectores habían arribado a un principio de acuerdo con el gobierno nacional y el bloque todavía no había definido qué hacer: si continuar avanzando con una ley o dejar la ejecución de las partidas en manos del gobierno. En el segundo porque varios gobernadores radicales pedían resolver las transferencias del FONID por otros canales. El titular del bloque radical – cada vez más cuestionado – quería evitar mezclar los dos temas en una gran sesión opositora, temeroso de quedar vinculado al kirchnerismo en un enfrentamiento abierto con el presidente. «No queremos que se mezclen los temas. No está sólida la mayoría opositora, solo con consenso se lo condiciona a Milei», justificó una diputada radical.
Los dictámenes
Cobos, en nombre de la UCR, intentó convocar a un cuarto intermedio para dictaminar el 5 de junio (un día después de la sesión convocada), pero Finocchiaro le respondió que, reglamentariamente, solo se podría aplazar el plenario si no se reunían las 41 firmas – la mitad más uno – en los dictámenes. La UCR, sin embargo, no se plegó a la estrategia de vaciar el plenario, y terminó optando por defender un dictamen que restituye el FONID y estipula que el Consejo Federal de Educación debe elevar a la Secretaría de Educación «una propuesta de sustitución». La gran novedad, sin embargo, fue introducir en el mismo dictamen la definición de la educación como «servicio estratégico esencial»: una propuesta que viene impulsando el PRO y que implica que, cuando haya paro docente, el Estado tiene que garantizar una guardia mínima del 30 por ciento del plantel docente (y, en el caso de que la medida de fuerza se extienda por más de 48 horas, la guardia sea del 50 por ciento).
Silvia Lospennato (PRO), que viene impulsando la medida junto a Finocchiaro, amenazó, sin embargo, con impugnar el dictamen porque no tenía nada que ver con el FONID: una estrategia para invalidar las firmas del radicalismo y habilitar, así, que se tuviera que aplazar la discusión. No tuvo éxito.
Hubo en total cinco dictámenes. El de UxP, el de la UCR, uno de la izquierda, otro de Hacemos Coalición Federal y, finalmente, un dictamen de rechazo del oficialismo con el PRO. El de HCF, firmado por Esteban Paulón, Nicolás Massot e Ignacio García Aresca, propone restituir el FONID hasta que se sancione un nuevo «pacto fiscal» que defina la sustitución del fondo.
La Coalición Cívica no firmó nada y cuestionó con dureza a la UCR por violar los acuerdos políticos que había tejido con el resto de la oposición. «No voy a permitir que se habilite el cinismo para pagar las culpas de la conducción de algún bloque», denunció Maximiliano Ferraro, acusando directamente a De Loredo de haber hecho una «mejicaneada» al intentar «cambiar el eje» de la comisión al introducir el tema de la educación como servicio esencial. «Se rompió la confianza», declaró, como repetirían varios diputados durante la jornada.
A tal punto se había roto la confianza que hasta UxP desconfiaba de convocar una sesión para el 4 de junio para tratar FONID, temeroso de no tener el número.