Una maravilla sucedió en el cielo este viernes. Muchas personas pudieron contemplar en vivo y en directo el juego de luces, sobre todo, quienes habitan cerca de los polos.
Diego Bagú es astrónomo y dialogó con FM Master ‘s para explicar, en términos de astronomía, qué sucedió en el cielo. Bagú explicó que se trata de lluvias de partículas que suceden frecuentemente. La diferencia, por la cual se pudo ver en nuestra zona austral, es que el viento solar fue más intenso que lo normal y las partículas llegaron más allá de los círculos polares. Más al norte del Antártico y más al sur del Ártico. Las auroras se conocen como australes a las que se ven en el polo sur, y boreales en el polo norte.
“Lo que sucedió es algo que conocemos desde hace muchos años”, explicó Bagú y agregó: “En este caso se intensificó la situación. Las auroras, tanto australes como boreales, son esos juegos de luz maravillosos que se observa en la atmósfera, sobre todo en la parte más alta de la atmósfera superando los 100 km de altura, que se produce como interacción entre los gases que existen en esa zona, básicamente oxígeno y nitrógeno, y la lluvia de partículas cargadas con electricidad que provienen del sol, básicamente protones y electrones”.
El astrónomo continuó su clarísima explicación: “El sol emite toda esa lluvia de partículas y las desparrama por todo el Sistema Solar. Esas partículas interaccionan con distintos materiales que se encuentran en nuestro sistema planetario. Cuando llegan a la atmósfera terrestre, incluso antes, chocan con el campo magnético de la Tierra. El campo magnético funciona como una especie de paraguas protector (gracias a eso, en gran parte, existe la vida porque no podríamos soportar tanta carga eléctrica producida por el sol). Al desviarse, algunas partículas ingresan a las partes más altas de la atmósfera por los polos magnéticos”.
Agregó: “Esas partículas que vienen del Sol excitan a los átomos de oxígeno y de nitrógeno y cuando esos átomos se desexcitan, al ratito, al poco tiempo producen esos destellos de luz. En este caso, como el sol está en una actividad muy grande, la lluvia de partículas es mucho más intensa y por eso es que se vieron muchas más luces y, sobre todo en zonas en las cuales ni teníamos pensado que se podían llegar a producir las auroras. Así que fue un espectáculo hermoso”.
En este sentido, Bagú explicó que esta vez “se produjo en zonas en donde era prácticamente impensado. En los lugares en donde sí ocurren generalmente, y por eso se generan estos tours, es porque cuando esas partículas ingresan por los polos magnéticos, las zonas más cercanas a esos lugares, justamente, son las zonas de los círculos polares Ártico y Antártico. Siempre se las menciona como las auroras boreales, pero existen las australes también. Lo que pasa es que, en el Círculo Polar Ártico, cerca de esas zonas, hay mucha más población”. Agregó que el fenómeno se produce en ambos hemisferios y para observar las auroras “hay que estar cerquita de los círculos polares. En este caso, el viento solar fue muchísimo más intenso que lo normal y, en esa lluvia de partículas, llegaron mucho más allá de los círculos polares. Más al norte del Antártico y más al sur del Ártico”.
Por otro lado, comentó que este fenómeno puede repetirse “porque el sol está pasando por un período de mucha actividad, hay muchas manchas solares y muy grandes. Eso es sinónimo de gran actividad sobre el campo magnético solar, que es algo caótico y hace que se produzcan explosiones y grandes llamaradas del sol que, cuando se producen, se generan estas ráfagas de partículas eléctricamente cargadas, protones y electrones, y entonces hay mucho más que lo normal. Como eso todavía ocurre, porque estamos en un periodo de mucha actividad, es probable que ocurran en los próximos meses. Es muy difícil, prácticamente imposible, precisar el día que puede ocurrir eso”.
