Luis Schriber, es representante de Almaceneros en Río Grande, quien contó cómo impactó la devaluación en los precios de productos mayormente alimentarios como la harina, el azúcar y el aceite, que sufrieron un aumento instantáneo del 21% que ya se ve en las góndolas de los almacenes de barrios de Tierra del Fuego.
«Con esta evolución de los precios la verdad ya no nos toma por sorpresa nada, pero no esperábamos que el incremento fuera tan brusco. No estábamos preparados para una devaluación de más del 20% en un solo día. El domingo terminamos de votar y el lunes estábamos con esa noticia», comenzó contando Schriber en declaraciones radiales a Aire Libre FM.
Para contextualizar, el comerciante comentó que «desde hace varios meses que tenemos problemas cada vez que vamos a comprar porque los precios varían constantemente. Tras las PASO vimos impactado el aumento instantáneamente en productos ‘calientes’ que son los más complicados de conseguir a los que directamente ya no se los puede conseguir con el precio antes de las elecciones. Se trata de la harina, el azúcar o el aceite, productos de demanda inmediata», ejemplificó. A la vez, mencionó que hay otros productos «en otros se hizo un ‘colchon’, es decir ya aumentaron más de lo que debían y la suba post PASO no va a fue de este 20% sino un poco menos, pero porque el producto ya venía subiendo de precio desde antes, como anticipo».
Schriber detalló que «las listas de precios de las empresas líderes y monopólicas de alimentos ya vinieron remarcadas con aumentos, con un 21% de suba este lunes. Esos productos ya los actualizamos, pero no todas las empresas realizaron esta remarcación», resaltó.
Por otro lado, el almacenero reconoció que «no hemos notado falta de productos hasta el momento. Sí nos vamos a encontrar con el aumento de precios, pero no con faltantes al momento de ir al mayorista».
En la diaria, según Schriber, «los vecinos y vecinas modifican la compra y cambian en la elección de productos de primera calidad por segundas marcas u otras más baratas». «Tal vez tenemos la misma caja, pero con menos productos. Antes venía un vecino y compraba ocho productos de primera marca por un monto y ahora se llevan seis de marcas mucho más baratas para poder terminar el mes», sumó.
Para cerrar, consideró que «cada vez se hace más complicado. Nosotros como comerciantes tenemos que poner un poco más y el vecino el día 21 ya tiene que empezar a usar la tarjeta porque no llega a terminar a fin de mes con efectivo. La caída de las ventas te genera esa necesidad de ‘abrir caja’ y vender productos para poder pagar el alquiler, la luz, los sueldos».
