Un sistema para realizar mamografías «no invasivo, y menos incómodo y doloroso» fue presentado en la Argentina, y se estima que así se incentivará a las mujeres a practicarse tal estudio que favorece la detección temprana del cáncer de mama.
Se trata de un dispositivo a control remoto diseñado por un equipo de mujeres para que las pacientes compriman por sí mismas las mamas cuando se realizan una mamografía.
«El método de compresión asistida se diferencia del convencional porque la mujer participa activamente, ya que controla, con ayuda de un técnico y un mando inalámbrico a distancia, la presión máxima tolerable», explicó a Télam la española Ana María Rodríguez, responsable de Radiología en la Unidad de Mama del Hospital del Mar de Barcelona y una de las primeras profesionales que aplicó la tecnología.
El nuevo equipo, que ya se utiliza en Estados Unidos, Canadá, Brasil, Sri Lanka, Japón y Europa, fue creado por la empresa americana GE Healthcare y aprobado en noviembre de 2017 por la Anmat para su uso en la Argentina.
El diseño estuvo a cargo de un grupo de mujeres francesas pertenecientes a la compañía, que utilizaron sus conocimientos como pacientes y los comentarios de más de 1.000 radiólogos y técnicos para idear el sistema.
«Esquinas redondeadas en lugar de bordes afilados, que solían golpear las costillas y axilas, un detector de imágenes más delgado, reposabrazos para relajar los músculos durante el examen y el primer dispositivo de control remoto para compresión asistida por el paciente, son algunas de las novedades del equipo», detalló a Télam Darío de Toni, encargado de la filial argentina de la empresa.
En aquellos países donde ya se utiliza las pacientes sienten que este nuevo sistema es «más cómodo, menos doloroso y reduce la ansiedad», coincidieron los especialistas. «Entendiendo que hay muchas mujeres que evitan realizarse mamografías de control debido al miedo y la incomodidad, y que esos factores pueden retrasar un diagnóstico acertado y un tratamiento adecuado, podemos decir que el nuevo sistema, al ser más confortable, incentiva a hacerse los exámenes de rutina y lograr una mejor forma de detectar y atacar el cáncer de mama», afirmó De Toni.
En tanto, sobre la calidad de las imágenes que se obtienen y el tiempo que dura el estudio, el especialista aseguró que varias evaluaciones clínicas demostraron que «la compresión asistida por el paciente produjo imágenes de igual calidad que cuando sólo interviene el técnico».
«Asimismo, se demostró que la participación del paciente no aumenta significativamente el tiempo que dura el examen, y ese factor tiene además un efecto psicológico, ya que sienten que tienen más control y en consecuencia sufren menos estrés», agregó.
Por su parte, Rodríguez comentó que en el hospital donde trabaja «están realizando una investigación para comparar el método convencional de compresión con el nuevo».
«Llevamos incluidas cerca de 80 mujeres y puedo decir que la mayoría prefiere decidir por sí misma la compresión final», destacó.
Aunque las tasas de detección en estudios de mamografía siguen aumentando, se diagnostican en Argentina unos 18.700 nuevos casos de cáncer de mama por año, estimando en ese lapso casi 5.600 muertes.
De ese porcentaje, entre un 12% y un 14% de casos son hereditarios, mientras que el resto se consideran como nuevos.
La mayoría de las mujeres con cáncer de mama no tienen signos ni síntomas, aunque algunas presentan bultos, que se palpan como un nudo firme o engrosamiento de la mama o debajo del brazo, o cambios en la forma o tamaño del seno.
Asimismo, se debe consultar al médico si aparece repentinamente secreción del pezón (con o sin sangre), irritación de la piel de la zona, escamosidad o pliegues nuevos y mamas tibias, enrojecidas e hinchadas, con o sin erupción cutánea.
«El cáncer de mama es el de mayor incidencia en mujeres, con una tasa de 71 casos por cada 100.000», recordaron desde el Ministerio de Salud nacional.