El reciente anuncio de Uber sobre el inicio de sus operaciones en Ushuaia ha generado una serie de reacciones encontradas en el confín del mundo. Mientras que el anuncio del arribo de la aplicación de traslados ha sido ampliamente aceptada por la población, los taxistas y remiseros locales han expresado su rechazo y han solicitado al municipio que impida los traslados con vehículos relacionados con Uber.
Esta situación plantea un dilema complejo, ya que el servicio de transporte público en Ushuaia se encuentra actualmente en una instancia de reacomodamiento por el crecimiento urbano de la ciudad y la alta demanda que genera el turismo en los meses de temporada alta.
Esto genera demoras significativas y dificultades para acceder a taxis y remises, especialmente en los momentos de mayor necesidad de contar con traslados.
Hay que tener presente que tanto taxistas y remiseros, al enterarse de la llegada de Uber, han reaccionado en forma contraria y han expresado su preocupación por la competencia que representa esta aplicación. De forma inmediata han solicitado al municipio que aplique las normas vigentes que prohíben los traslados mediante aplicaciones como Uber. Los trabajadores del transporte argumentan que permitir la operación de Uber afectaría negativamente sus ingresos y pondría en riesgo sus fuentes de empleo. Ante esta amenaza, han dejado en claro que podrían tomar medidas de acción directa para hacer valer sus reclamos.
En respuesta a la preocupación expresada por los taxistas y remiseros, el municipio de Ushuaia convocó una reunión con los representantes del sector. Durante esta reunión, se comprometió a hacer cumplir las normas existentes que prohíben los traslados a través de aplicaciones. A las claras, el municipio ha adoptado una postura políticamente correcta, tratando de equilibrar los intereses de los trabajadores locales y las demandas de la comunidad.
Ciertamente, una de las dificultades que enfrenta el municipio de Ushuaia y otros gobiernos locales es la regulación efectiva de empresas multinacionales como Uber y Airbnb. Estas compañías operan a nivel global y a menudo tienen recursos significativos para enfrentar y resistir las regulaciones locales. Esta situación plantea un desafío para los gobiernos como el municipio de Ushuaia, que se encuentran limitados en su capacidad para confrontar a estos «tanques globales».
En cuanto a la tensión entre la alta demanda y las restricciones de ofertas de traslados, es importante destacar que Ushuaia enfrenta dificultades objetivas en cuanto al acceso al servicio de transporte de pasajeros, tanto para cumplir con la necesidad de su propia comunidad local como para los turistas que visitan la ciudad.
Este mismo medio publicó ayer un estudio reciente que informó altos niveles de aceptación social hacia la llegada de Uber, especialmente debido a las demoras significativas y la falta de disponibilidad de taxis y remises durante las temporadas turísticas altas. Esta realidad evidencia la existencia de un cuello de botella en el sistema de transporte de la ciudad, que requiere una solución eficaz y equitativa para satisfacer las necesidades de movilidad de la comunidad y los visitantes.
El gobierno de la ciudad más austral de la Argentina tiene un importante desafío por delante: Debe armonizar los intereses de taxistas y remiseros, a la vez que debe garantizarle a la comunidad y a la demanda turística un eficaz servicio de traslados urbanos. De allí que se ha trabado un dilema de difícil solución. Mientras que los trabajadores locales temen por su sustento y piden medidas restrictivas, la sociedad local y los turistas valoran la posibilidad de una alternativa de transporte más eficiente.
Sin embargo, la actividad de empresas multinacionales como Uber están explícitamente prohibidas. La situación actual evidencia la necesidad de buscar soluciones equitativas que satisfagan las necesidades de movilidad de todos los involucrados, teniendo en cuenta las dificultades objetivas en el acceso al servicio de traslados en Ushuaia.
En situaciones como las planteadas es donde el Municipio debe mostrar sus capacidades estatales para ordenar, regular, controlar y armonizar las tensiones que están en disputa.
Lo que queda en claro es que la demanda de traslados urbanos en forma eficaz y con altos niveles de calidad son demandas ciertas que tienen aquellos que necesitan moverse dentro de Ushuaia. Y el Municipio es el principal actor público con responsabilidad de garantizar una política que se encuentra dentro de su órbita de funciones públicas.
