Diana Méndez, es correntina, tiene 50 años y construyó “un ranchito” en un rincón aislado del Beagle, cerca de Almanza, donde agasaja a un puñado de comensales con lo que ella misma pesca en el día.
Diana Méndez llegó de Corrientes a Ushuaia hace 27 años. Capitana de barcos y, por extensión, pescadora, dedicó muchos años a esta última actividad. Hace un tiempo se mudó a Puerto Almanza para abordar un emprendimiento familiar en gastronomía.
Hace exactamente un año inauguró su nuevo rancho que oficia de particular restaurante al que bautizó “Alma Yagan, cocina ancestral”, esta vez sola y en un aislado hueco entre las rocas del canal Beagle.
Diana aceptó el convite de describir, por FM Master´s, los detalles de su singular emprendimiento que ya captó la atención de los turistas que regresan a Ushuaia tras la pandemia y de los medios nacionales más importantes.
“Almanza se está poniendo muy linda cada temporada, se pone mejor” define la actualidad del sitio tan especial que eligió para su vida, o su trabajo, que son lo mismo. Relata que su emprendimiento es pequeño, como todos los de Almanza, por lo que hay que hacer reserva previa para degustar los exquisitos productos de la pesca artesanal local. “Es como un nuevo polo gastronómico, está bueno porque nos representa mucho a esta isla”.
Su propuesta, describe, es “muy sencilla, muy simple, es venir a compartir la experiencia de mi rancho muy chiquito, tengo la mesa del comedor y el desayunador, son solamente dos espacios con capacidad cada uno de seis personas, máximo doce personas”.
En su rancho no hay carta, ni se cocina hasta que no lleguen las visitas, quienes “de alguna manera colaboran, participan, vemos qué les gusta comer, qué no. No hay un menú en donde vos puedas elegir, sino lo que hay, la pesca del momento combinada con lo que tiene el bosque, la costa”.
Sí tiene una estructura que repite, en cinco pasos distintos, cuatro salados y uno dulce, como para que puedan hacer una degustación de lo que sale en ese preciso momento, “salmones, róbalos, hay centolla, en cualquier momento salen las sardinas” enumera. Sabores que en el momento se buscan, combinan y comparten, anfitriona y comensales.
Diana lleva una vida por demás particular, pero para el resto del mundo, no para ella. Tanto que no encuentra algo que distinga su emprendimiento: “Por ahí la gente que viene de visita queda alucinando con el entorno, con el lugar, con la parte geográfica, es impactante encontrarte con el canal después de caminar por un sendero dentro del bosque”, rescata al final.
Su “ranchito” no está visible desde la ruta K, la que recorre la costa. Para llegar se debe encarar “una mini búsqueda, entras por un caminito en el bosque y caminas más o menos unos siete, diez minutitos y de pronto salís al canal y te encontrás con esa vista impresionante”.
Diana organiza las reservas a través de la agencia Tierra Turismo. Ellos ofrecen la experiencia, pasan a buscar a la gente en Ushuaia y la llevan y traen. En días que la agencia no trae a sus clientes, recibe muy gustosa a los residentes de Tierra del Fuego, previo simple mensaje de WhatsApp para coordinar.
“Lo más divertido es que jamás me imaginé que iba a venir tanta gente” reconoce satisfecha Diana Álvarez. Turistas de todo el mundo, de las provincias, de Ushuaia, de Río Grande, personalidades, cocineros famosos, actores, “es increíble, eso es muy lindo, nosotros nos alimentamos de esa alegría, de esa felicidad” concluye una persona que, sin dudas, es feliz haciendo felices a los otros.
