Juntos compartieron la conducción de una Ford Taunus coupé, modelo1984, teniendo un promedio de error a lo largo de dos series de una hora cada una de apenas 910 milésimas.
Definitivamente la regularidad consolidó una fecha más en el calendario del deporte motor, con la realización de los 100 Kilómetros de Río Grande, emulando a la tradicional competencia que se correrá dentro de 15 días.
Mantuvo la esencia de la competencia, es decir una serie con pilotos titulares y la otra con un invitado, dándose la particularidad que fueron varios los binomios que compartieron la conducción padre e hijo, uno de ellos, precisamente el que se quedó con la victoria.
Por las condiciones climáticas reinantes a lo largo de todo el domingo, la variabilidad del mismo, hizo que también el estado del piso del autódromo Ciudad de Río Grande también variaba, lo que hacía que los binomios tengan que ir modificando el manejo, porque se trata de girarlo más cerca posible a un tiempo que eligió cada uno de ellos.
Dentro de este esquema, Beto Fernández y Luciano Fernando (VW Saveiro), fueron los mejores en la primera serie, segundo finalizó Aliro Alvarado y su hijo del mismo nombre con un Renault 9 modelo 1980, en tanto que Miguel castro y Leandro Castro finalizaban en la tercera posición.
En la segunda serie, Maximiliano Andrada y Cristian Marchiababa, con un Citroën 3CV modelo 1979 eran se quedaban con la misma, mientras que Migue Castro y Leandro Castro finalizaban en la segunda posición.
A la hora de sumar los márgenes de error y promediar los mismos, Miguel Castro – Leandro Castro fueron los ganadores de esta primera edición de los 100 kilómetros de Río Grande, con un error de apenas 910 milésimas, segundo el binomio integrado por Guillermo Rodríguez – Juan Sesma, compartiendo la conducción de un VW Golf 1992, mientras que el ganador de la primera serie, Beto Fernández y Luciano Fernández, completaban el podio.
