Por Néstor Schumacher.- Los períodos post-elecciones siempre parecen ser un tiempo acertado para “tocar” el equipo y generar cambios en pos de mejorar la gestión. Así también, los estadios que atraviesan los gobiernos requieren distintos tipos de funcionarios, buscando así adaptarse a la interminable vorágine política.
El caso de Damián De Marco, hoy secretario de Relaciones Vecinales y Parlamentarias, viene a ser un buen ejemplo de un funcionario que le cambia el aire a la gestión. Con una impronta territorial y de gran contacto con los vecinos, De Marco suma entre sus galones también su amplia experiencia dentro del cuerpo legislativo. Con dos mandatos en el Concejo, siendo presidente 7 años, el flamante secretario traerá un enfoque distinto a la mesa del gabinete capitalino. Últimamente, estamos viendo a De Marco pisar fuerte en las fotos oficiales en recorridas de obras y anuncios casi siempre, casualmente, a la derecha del intendente.
No parece azarosa la designación del ex-secretario de Medio Ambiente en un puesto netamente político. Hoy Vuoto parece entender que el principal punto de debate político, y hasta conflicto, no derivará de otro lugar más que del cuerpo legislativo. La buena relación que De Marco ostenta con figuras como Juan Carlos Pino, Ricardo Garramuño, Juan Manuel Romano e inclusive Mariana Oviedo, quién fuese su secretaria durante su tiempo como presidente del Concejo, le abren puertas que quizá para el PJ más duro estarían cerradas. Con los posibles cambios en la Carta Orgánica que deberán debatirse este mes, la figura de De Marco adquiere un peso preponderante y seguramente será una de las caras familiares que veamos en la mesa política cerca de las fiestas.
Otro pilar que explica este regreso al gabinete municipal es la impronta barrial del ex-concejal a la hora de hacer política. Una vez terminadas las PASO y no conformes con el resultado, desde el Frente de Todos salieron a recomponer los puentes políticos algo averiados en los primeros años de gestión, tratando de recuperar así el favor de los vecinos y vecinas. Durante su estancia en Medio Ambiente, De Marco supo tener un trato íntimo en los barrios con campañas como las composteras y el retiro de chatarra de la vía pública, que rondó las 3.000 toneladas compactadas.
Si bien la designación nos cuenta la consecuencia a una serie de causas, la importa de De Marco al gestionar y su pasado en el Concejo, también nos habla de la visión política y el panorama que hoy percibe el intendente y presidente del Partido Justicialista Walter Vuoto de cara a 2023. ¿A qué nos referimos? No obstante, de haber demostrado voluntad de construir consensos en el pasado (miremos las elecciones generales de 2019 donde obtuvo un 54% de los votos), Vuoto es asociado en general por su militancia en La Cámpora con una postura más extrema que quizás otros peronistas de corte clásico. Reconocer la necesidad de reabsorber sectores desplazados en el trajín de la gestión y seguir confiando en la asistencia del peronismo histórico con Omar Becerra como jefe de Gabinete, habla de una madurez política que quizás no estaba presente durante sus años como concejal. Aprovechar los puntos en común en oposición a distanciarse por las diferencias habla de alguien que está viendo más allá de su segundo mandato como intendente, quizás buscando un nuevo despacho sobre la calle San Martín.
Si bien el tiempo dirá si delegar la responsabilidad de negociar en el Concejo Deliberante fue una decisión acertada o no, queda claro que De Marco le aporta algo nuevo al gabinete municipal. Ya sea por su carisma a la hora de hablar con la gente o su pasado tirando de los hilos legislativos, Vuoto comprendió que sumar a De Marco pasadas las elecciones traía más beneficios que perjuicios, apoyándose en una figura ya establecida dentro de la política fueguina. El nuevo aire de la gestión, le permitirá encarar el “segundo tiempo” de su mandato con otra energía, contando ahora con un revulsivo que hará las veces de mediador en los grandes debates políticos que se aproximan.
