El tan anunciado cambio en el gabinete del presidente Macri, arrojó el resultado negativo de varios ministerios que dejan de existir como tales y pasan a la degradada forma de secretarías, o en el peor de los casos, subsecretarías. El Ministerio de trabajo, puesto en funciones por la constitución de 1949 es el caso más emblemático de la puja por el poder.
Si bien ya existía algo parecido desde 1907, cuando el presidente José Figueroa Alcorta creó por decreto el Departamento Nacional del Trabajo, a cargo de Nicolás Matienzo, aún no era ministerio.
La creación del departamento del trabajo se dio en el medio de la oleada inmigratoria de principio de siglo, cuando las multitudes obreras se encontraban en plena formación de los sindicatos y de las organizaciones obreras, en tiempos donde la represión y la violencia hacia la clase trabajadora eran casi una rutina, dadas las condiciones de la argentina agroexportadora, con los dueños de la tierra en el poder.
En 1943, y también por decreto, se creó la Secretaría de Trabajo y Previsión, que dependía directamente del Presidente y con todas las atribuciones de un ministerio. La secretaría centralizaba toda la acción social del Estado y hacía cumplir las leyes laborales.
En 1949, la constitución peronista la elevó de secretaría a Ministerio de Trabajo y Previsión, con José María Freire a la cabeza. Fue durante la dictadura de Onganía, en 1966, cuando la reforma en el gabinete del gobierno degradó al ministerio de trabajo y lo bajó al rango de Secretaría de Trabajo de la Nación. Hubo que esperar hasta 1999 para que recuperara su rango original.
Este año, la reforma en el gabinete del gobierno de Macri logró lo que no pasaba desde la década del 60 y en dictadura: el ministerio de trabajo pierde su peso y pasa a ser una secretaría dependiente del Ministerio de Producción, que fue renombrado como Ministerio de Producción y Trabajo.
La medida generó rechazo inmediato en todos los estamentos dedicados a la defensa de los derechos de los trabajadores. “Esto va a agravar la mala situación de los trabajadores”, dijo el ministro de Trabajo de la provincia, Claudio Carrera, quien se manifestó preocupado por la decisión del gobierno nacional.
Carrera adelantó que desde el Consejo Federal del Trabajo se está en tratativas para elevar un reclamo a los organismos internacionales, con el objetivo de que se vuelva atrás con la medida dispuesta por el presidente Macri.
Para Carrera, no se trata sólo de un simple cambio en la nomenclatura, de ministerio de secretaría, sino que encierra una simbología cercana a la pérdida de derechos. “Esto beneficiaría a las empresas. La igualdad pasa por poner a todos en el mismo rango, y es el ministerio de trabajo el que tiene que generar esa equidad. No es lo mismo hablar con un ministro que va a tener 3 carteras a su cargo que con un ministro que se dedica exclusivamente a esto”, dijo el ministro.
El reloj empezó a correr. Los argentinos ya saben de idas y vueltas. Resta esperar si la resistencia es tan fuerte como para doblar voluntades y volver a tener un ministerio de trabajo acorde a las necesidades de los que trabajan.